El Athletic, en plena crisis existencial

VIERNES Y VISPERA DE REYES. El Athletic sumido en plena crisis existencial con el problemón de la marcha de Kepa, y el folk/country sin alergias ni fronteras dándonos, casi cada día, nuevas alegrías. La music nunca nos falla, y menos mal. Hoy, CIRCUIT DE YEUX nos salva de la depre. Mañana es Reyes, y en casa seguimos celebrándolos, en pijama tras el desayuno desenvolviendo regalos y sonriendo sin parar, solo ocurre una vez al año; será que somos gente de tradiciones.

LLUEVE y casi está confirmado que NOS QUITAN A KEPA. Es porque él quiere, y se comprende: en el fútbol, la fama universal, la posibilidad de jugar las mejores competiciones del mundo y el acceso al gran dinero solo los pueden ofrecer media docena de clubs multimillonarios, la mayoría ultrafinanciados por dinero de la tele, el petróleo árabe o, en el próximo futuro, el imparable aluvión asiático. Ahora bien, ¡Viva la libertad individual y que cada uno haga con su carrera profesional y su vida personal lo que estime conveniente!, eso por adelantado.

¿Si deseamos que le vayan bien las cosas a Kepa? Pues, desde luego, tampoco lo contrario, pero no sé, la verdad. Su decisión, aparentemente muy meditada, hace daño, y donde duele: que uno de los más emblemáticos y consolidados valores surgidos de la cantera del Athletic, un chaval de Ondarroa de solo 23 años que sin haber cumplido siquiera una temporada completa en Primera con el que ha sido su equipo desde que tiene dientes y con el que en buena lógica debería soñar jugar al menos una buena parte de su vida deportiva, decida cambiar de club sin terminar siquiera la primera etapa del ciclo de su vida en el Athletic, disgusta y preocupa a los aficionados porque nos reafirma en que el poder emotivo, de cercanía y afinidad con tu terruño y tu infancia de lo que ya es más su negocio que una actividad deportiva, está tocando a su fin. ¿Qué es primero para el club, los éxitos deportivos, cada vez más inalcanzables, o la protección y mantenimiento de sus esencias y peculiaridades?

Aceptamos que si realmente Kepa fuera ya uno de los cinco o seis mejores porteros del mundo, el hecho de que el Athletic (serie media/media en el concierto mundial) no pueda retenerlo por su insuficiente fortaleza financiera respecto de los grandes clubs del futbol planetario es una desgracia inevitable a día de hoy, es decir, con la mentalidad pragmática e individualista de todas las personas, y cómo no de los deportistas que tienen una carrera profesional más corta y exigente que la de casi cualquier otro trabajador; pero que Kepa se nos escape a las primeras de cambio, sin haber demostrado apenas nada (qué menos que un par de temporadas excelentes en Primera), más allá de que apunta maneras de gran portero, es un fracaso en toda regla para el Athletic.

No es un detalle menor ni un asunto puntual; quizá el problema es de fondo, y a Urrrutia y su séquito -a los que un poco menos de soberbia y de cerrazón fundamentalista y un poco más de contacto con la cruda realidad les vendría muy bien- les falte entereza, lucidez y modestia para asumir que nuestro equipo (en un ejercicio de realismo que parece querer soslayarse) ha de saber conformarse con disfrutar solo de la primera etapa -dos, tres o cuatro años riendiendo al máximo-, de los pocos cracks que pueda generar su cantera; y nada más, porque antes o después, se irán a donde les paguen más y donde puedan luchar por objetivos deportivos más ambiciosos.

Kepa, dice la prensa blanca, se pasó anteayer por las instalaciones deportivas del Real Madrid para pasar el preceptivo examen médico. En otras palabras, ya tiene pie y medio en uno de los tres o cuatro mejores equipos del mundo. Se nos ha ido. Habrá que resignarse, es ley de vida, el dinero -y lo que conlleva- manda, pero parece obligatorio hacer un ejercicio de -profunda- reflexión cara al futuro.

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Y ahí lo dejamos, con una estupenda y enrevesada canción de la enésima revelación que nos llega de EEUU. Realmente curiosa la propuesta de CIRCUIT DE YEUX (el proyecto de la aún veinteañera Haley Fohr), que en su ya sexto disco demuestra que desde el folk (y ahí metemos, cómo no, el country alternativo) y el indie-rock menos acomodaticio se puede llegar casi a cualquier lado; emocionante, tremendo, sugerente, evocador y hermoso, se entiende.

Tres años sin JASON MOLINA

Tres años ya sin JASON MOLINA. Duelen las muertes de todos nuestros artistas favoritos, más aún si son prematuras. Pero en el caso del Jasson fue especial, muy especial. Tenía el bueno de Jason todo lo que le pedimos a un artista, era un gran compositor de canciones, tenía una voz mágica, perturbadora, inconfundible; además, poseía un estilo único, creaba un clima como de trance diluido, un espacio sonoro propio y perfectamente identificable, se movía entre el folk de cantautor desubicado en el mundo, el country aternativo y el indie-rock menos domesticado, como nadie, y además, en lo poco que le conocimos, daba toda la pinta de ser un gran tipo.

Podemos recordarlo escuchando sus canciones en los discos de sus dos magníficos proyectos, SONGS:OHIA (once discos publicados desde 1997 hasta 2.003), todos estupendos, rarunos a veces, impresionantes e hipnóticos casi siempre, y MAGNOLIA ELECTRIC Co. , cinco discos desde 2.005 hasta 2.009. Además, publicó en solitario, como JASON MOLINA, tres crudos y casi minimalistas discos muy folk y confesionales, desde 2.004 hasta 2.009.

«Tenía el espíritu de Johnny Cash, Townes Van Zandt y Neil Young, y la misma sensibilidad hiriente y crudeza de sus coetáneos Will Oldham, Smog, Damien Jurado, Scoutt Niblet, Cat Power o Lou Barlow», leemos por ahí. Y nos convence. Si estos nombres te dicen algo, y tienes la suerte de no conocer los discos de Jason Molina, ya sabes, manos a la obra. Que son muchas canciones, y muy buenas.

Temazos como este «Blue Factory Flame», extraído de «Didn’t It Rain» (2.002), publicado por SONGS:OHIA, y disco con el cual conocimos, en 2.003, a esta voz, a este descomunal artista. Es un disco increíble, bello, impactante y profundo, y da perfecta muestra de nuestra ignorancia musical el hecho de que hacía ya el número 9 de la discografía de SONGS:OHIA, en la que hay al menos otros tres o cuatro cumbres del mejor folk-rock. Por citar: Songs: Ohia, de 1997; Axxess & Ace, de 1999; The Lioness, 2.000; y Magnolia Electric Co, de 2.003, cuyo título dio paso al nombre del nuevo proyecto de Jason de este nivel excelso.

Sigues en nuestra mejor memoria, Jason.

Novedades en el próximo BBK Live

BBK LIVE 2014, NOVEDADES, las valoramos y tal. Aunque los medios de comunicación hayan destacado la terna que componen John Newman, Foster the People y Vetusta Morla, nosotros nos quedamos con dos nombres que suman mucho atractivo a esta edición del BBK LIVE, ambos de cantautores con banda. El de más relumbrón es CONOR OBERST, genuina joya del folk-rock americano que prometía al muy precoz (tenía solo 18 años) comienzo de su carrera como líder absoluto de la banda Bright Eyes, con la que grabó más de una decena de discos, quizá más de lo que ha acabado dando hasta el momento, pero que ha grabado en su trayectoria en solitario y ya en proyectos firmados con su nombre propio hasta tres discos, todos más que estimables, de folk-rock más sencillo y menos eléctrico que con su anterior banda. Este trabajador incontinente de la music comenzó muy joven a componer canciones y grabar discos, y también –quizá desmasiado- pronto le llegó el reconocimiento de crítica y público. El nuevo Dylan le llamaban a primeros de 2000, y llegó a ser una estrella del indie-rock con su aclamado grupo Bright Eyes, con el que se movió sin prejuicios entre el folk cantautoril, el country-rock y el pop electrónico (un disco que no nos gustó mucho, y que creó su polémica), ahí es nada. Vimos a Bright Eyes triunfar un par de veces en festivales de relumbrón), pero este artista, que solo tiene 34 años aunque sea ya todo un veterano de la escena, es un tipo difícil de ver sobre un escenario, y es que se prodiga muy poco en conciertos, al menos en Europa. Se nos olvidaba: por si no fuera suficiente (unos quince discos publicados con sus dos principales proyectos, y sin haber cumplido siquiera los 35 años), Conor Oberts grabó en 2009 un disco como miembro de un combo -hasta la fecha- ocasional pero de primera fila, de nombre Monsters of Folk y nada menos que con la compañía de M. Ward y Jim James, de My Morning Jacket. De ahí que el set de CONOR OBERST puede ser uno de los grandes momentos del festival. Además, viene disco nuevo bajo el brazo (lo publicará a finales de mayo) , y el anterior, “One my kind”, que data de 2012 está bastante bien y tengamos en cuenta que este Oberst tiene repertorio de sobra (sobre todo, si tira de sus temazos en la etapa como Bright Eyes) como para componer un buen show. Ah, canta y toca la guitarra como Dios, como es natural.

El otro gran nombre que destacamos de las incorporaciones al BBK Live es el también treintañero, pero inglés, FRANK TURNER, típico cantautor como de segunda fila y carente del carisma de los grandes (y es que tiene, en verdad, pocos rasgos distintivos) pero que no para de hacer buenos discos, como el último, de este pasado 2013, de título “Tape Deck Heart”, tono animado y extravertido, y tempos más rápidos e instrumentación más rica en su canciones que en otros discos suyos y que, con sus composiciones que se mueven entre el folk con carácter, el soul y el pop-rock has podido escuchar en La Estación con frecuencia, de tanto que nos gusta. Un Bruce Springsteen menos enfático y de voz más fina (y muy bonita) y que se rinde, solo de vez en cuando pero sin disimulo ni recato, al pop lindante con lo comercial. Concierto este que conviene no perderse si gustáis de la diversión musical, avisamos para quienes acudáis al festi más bilbaíno del mundo.
Vale, el cartel del BBK LIVE 2014 está quedando molón. Hay –como es de rigor- grandes figuras en decadencia, como Franz Ferdinand y Jack Johnson, otras que atraviesan un buen momento, como Black Keys; y varias bandas del indie-pop-rock más energético y atractivo, como Phoenix o MGMT, e incluso joyas semiocultas como los alt-country canadienses Elliot Brood, pero SIGUE FALTANDO ALGO, un gran nombre que mueva al gentío a un lugar tan inhospito e incómodo como Kobetamendi. Por si no se les ocurre a los organizadores, a quienes siempre «reprocharemos» que no puedes incluir en la misma edición a dos bandas míticas y galácticas como The Cure y Radiohead, porque jamás podrás superarla (bueno, si se reúnen de nuevo Talking Heads y The Smiths, y los traes a la vez, podrías competir en magnetismo y efecto llamada con la inolvidable edición de 2012, ¿no?), les sugerimos un nombre: el californiano BECK, estrella mundial tan respetada como respetable y que acaba de publicar, seis años después de ‘Modern Guilt’, un nuevo álbum, ‘Morning Phase’, que, tras las primeras escuchas, tiene pintón. Sería un puntazo de los buenos tener a Beck en Bilbao. Le hemos visto varias veces en directo, y nunca nos ha fallado. Os dejamos con “Blue moon”, una de las que más nos gustan de este estupendo nuevo disco de BECK.