No nos olvidamos de Johnny Cash

¿PUEDEN GUSTARNOS TANTO LAS DECENAS DE CANCIONES DE OTROS AUTORES QUE VERSIÓNÓ JOHNNY CASH a lo largo de toda su carrera QUE LAS PROPIAS COMPOSICIONES DEL YA FALLECIDO E INMORTAL ARTISTA ESTADOUNIDENSE?

Lo que son las cosas… Una pregunta que hace aún pocos años podría haber sido considerada una auténtica herejía, un sinsentido, una grosera muestra de analfabetismo musical o de falta de respeto propia de ese molesto y tan en boga recienllegadismo enteradete está hoy suscitándose entre muchos aficionados “pata negra”. Menuda intro, por Dios.

Centrémonos. La pregunta se refiere a la obra del icono del country JOHNNY CASH que, por cierto, este próximo viernes cumpliría 84 años de seguir entre nosotros (y algo haremos al respecto en La estación de Neguri, permanezca atenta la peña), y es la siguiente:

¿SON TAN BUENOS LOS DISCOS DE VERSIONES DE OTROS ARTISTAS QUE HIZO JOHNNY CASH, los últimos de ellos los famosos AMERICAN RECORDINGS, AL FINAL DE SU VIDA, COMO PARA SER NO YA SOLO COMPARADOS SINO INCLUSO PREFERIDOS RESPECTO DE LA GENIAL OBRA QUE COMPUSO Y PUBLICÓ EN SU ÉPOCA DORADA (pongamos que entre 1.958 y 1.969)?

En otras palabras, ¿nos quedamos con el cancionero genial del joven JOHNNY CASH, pongamos aquí hitos de la música popular como

“I walk the line”
“Folsom prison blues”
“Man in black”
“Ring of fire”
“Cocaine Blues”
“One piece at a time”
“The one on the right is on the left”
“San Quentin”
“A boy named Sue …

o podemos poner al par de estos monumentos del country entendido en una acepción amplia (insistimos, junto a este listado sublime de temas propios de Cash es correcto colocar) las fabulosas versiones que hizo de otros artistas, como (es una seleccion personal, discutible como todas)

«I see a darkness», de Wild Oldham
«Personal Jesus», de Depeche Mode
«The Beast In Me» de Nick Lowe
“The Mercy Seat”, de Nick Cave
«For the Good Times», de Kris Kristofferson
«I Hung My Head», de Sting
“Father And Son”, de Cat Stevens
«Solitary Man», de Neil Diamond,
«Redemption Day”, de Sheryl Crow
“Bird on a Wire” de Leonard Cohen
«The Mercy Seat», de Nick Cave
«“One”, de U2

Y, por último, la que es tenida como una de las mejores versiones de la historia de la música y, esto lo decimos nosotros, una de las canciones de letra más triste y turbadora que jamás hayamos escuchado. Y hablamos, cómo no, de “Hurt”, tema original de Nine Inch Nails, es decir, del factótum de esta banda de rock industrial/experimental, el gran Trent Reznor que la incluyó en su álbum «The Downward Spiral», de 1994.

Lo cierto es que de pocos músicos se podría hacer un concierto homenaje fabuloso interpretando exclusivamente versiones que hizo de la obra de otros artistas. Nosotros, desde luego, nos relameríamos de gusto si a alguien –competente, claro- se le ocurriera hacerlo.

Vale, la pregunta está planteada. ¿preferimos la OBRA PROPIA del Cash joven con su impecable vozarrón y su ánimo entre airado y entusiasta o nos inclinamos más por esas CANCIONES AJENAS interpretadas, o mejor diríamos hechas suyas con la ayuda en producción y concepto, de grandes artistas, ya con la voz quebrada por la edad y las malas costumbres, la añoranza siempre venciendo al presente, y con los problemas de salud y depresión que marcaron los últimos años de su vida?

¿o quizá nos encantan POR IGUAL las mejores canciones tanto de la primera como de la última etapa, tan distintas en casi todo, salvo en la magnética personalidad y la incomparable enjundia artística del genio de Kingsland, Arkansas, siempre vestido de negro? No se discute que, como dice la wikipedia, estamos ante un “compositor, guitarrista, actor y autor considerado como uno de los músicos más influyentes del siglo XX; cantautor de country, gospel, rock and roll y rockabilly, fue y es uno de los máximos representantes de la música country, aunque creó su propio subgénero musical”.

Sin posicionarnos en el debate, os dejamos con una versionaza, que al igual que en otras muchas de este artista sin igual -este próximo viernes cumpliría 84 años de no habernos dejado para siempre a mediados de setiembre de 2.003-, si no mejora ostensiblemente al original, lo cambia absolutamente, llevándose la pieza a su terreno.

Descubrámonos ante “Hurt”, canción que creó otro artista (Trent Reznor reconoció que “le queda mucho mejor a Cash”) pero que JOHNNY CASH hizo absolutamente suya. Y nuestra.

(hay disponibles videos de esta canción con la letra –bien- subtitulada en español, pero preferimos dejaros un video sin textos traducidos. Demasiado intenso y trágico lo que nos cuenta, más negro incluso que el eterno atuendo de Cash).

Gregory Porter y Neil Halstead en Bilbao

13/03/2014
Este buen tiempo insufla optimismo y buen rollo (lo pudimos apreciar ayer, a la gente se la veía más contenta ayer en La Estación) tras el lío de organizaciones que, en lo meteorológico, llevábamos sufriendo las últimas semanas: viento, lluvias, frío, temporales con olas como rascacielos, playas y litorales urbanos mordidos por el mar…, en fin, disfrutemos mientras dure.

COMO DISFRUTAMOS AYER CON NUESTRO arrebatador DOBLE PROGRAMA de MÚSICA EN DIRECTO EN BILBAO, y es que, se siente, cuando todo cuando nada. Llevábamos ya tiempo (léase unas pocas semanas, tampoco exageremos) sin movernos a Bilbao a ver uno de esos conciertos que te dejan huella, quizá porque somos, como aficionados, cada vez más exigentes con la musica en vivo… cuando, no te fa, va y coinciden dos citas perfectas, en la práctica ineludibles, el mismo día, y casi a la misma hora.
Una, GREGORY PORTER, californiano, en torno a los cuarenta años y con más de 100 kilos de peso, tocado con gorro negro con orejeras (sí, rarito el complemento, sí), más que probablemente uno de los mejores cantantes en la onda (tradicional) del jazz, soul, blues, gospel… del mundo y, sin duda, el más de actualidad en este momento (acaba de ganar el Grammy al mejor álbum de jazz vocal). Venía a Bilbao, en una fecha más de su gira europea, a presentar su tercer disco, 100% recomendable, «Liquid spirit». Esto lo hemos leído en la Red y lo compartimos: «GREGORY PORTER es la voz que ha revolucionado el firmamento jazzístico en los últimos años». Actuó ayer, escoltado impecablemente por cuatro músicos (piano, contrabajo acústico, saxo alto y batería) en un teatro Campos repleto que había agotado localidades hace varios días (pagamos 6 euros la entrada, mientras que, por ejemplo, en Barcelona costaban 30 euros). Sensacional concierto, con un público maravillado por la belleza y sutileza del timbre del (simpático y animado) barítono de San Diego y por el amplio registro de su voz, preciosa, profunda y con mucho color, que funcionaba a la perfección en todos los estilos que iba abordando con una pericia absoluta, en todas las tesituras vocales y con cualquier clase de ritmo, ya fueran lentas baladas, ya animadas canciones de soul rozando lo funkie. Nos quedamos con dos temas que interpretó GREGORY PORTER: una, solo con el piano («Wolfcry», os la ponemos en el vídeo de hoy) y la otra con el bajista. Nos sobraron, como casi siempre, tanto los interminables solos como algunos arreglos edulcorados y desgastados pro el uso del (por otra parte, estupendo) saxofonista, pero el concierto fue redondo, casi magistral. Y es que a Gregory Porter es uno de esos cantantes que hay que ver sí o sí, si te gusta la cosita esta de las canciones. «Gregory Porter, con su voz de barítono y su rotunda presencia escénica, combina la sensibilidad de Nat King Cole, la profundidad de Joe Williams y el soul de Donny Hathaway para cultivar una visión abierta y elegante del jazz, plena de autenticidad, que incluye elementos del soul, el blues, el rhythm and blues y el gospel» escriben en una web especializada, y efectivamente escucharle te recuerda a grandes de siempre como Sinatra o NK Cole, pero (como su registro vocal es tan amplio y nuestra imaginación tan grande…) también nos remitía, por momentos, a ídolos nuestros de hoy como Ray Lamontagne, Bill Callahan o Joe Henry.Si no estuviste ayer en el Campos, te lo contarán: vimos muchas caras conocidas, amigos y clientes de La Estación. Un concierto inolvidable, no deberías habértelo perdido. La culpa es nuestra, no tuvimos tiempo, ni reflejos, de avisarte con suficiente antelación. No volverá a ocurrir.

Y una vez terminado el set de Gregory Porter, aclamado por un público entregado a su sublime forma de cantar y de producirse sobre el escenario (es un tipo de esos que, por sus gestos, sus comentarios, sus movimientos corporales…. caen bien al aficionado desde el minuto uno), paramos un ratito en el Gaico´s a tomar un refresco de “entreacto”, y nos fuimos casi corriendo al siguiente concierto.

La cita era en el Antzoki, y el protagonista, NEIL HALSTEAD, cantante de folk-rock británico no muy conocido por aquí, pero que seguro has escuchado en La Estación de Neguri alguna vez, porque somos casi fans. Nunca habíamos visto en Bilbao a quien fuera líder de los «shoegaze» con toque ambient SLOWDIVE y los ya más folk-country-pop ensimismado y melódico MOJAVE 3 (a estos los escuchamos mucho en su momento, nos encantaban sus discos -grabaron hasta cinco entre 1996 y 2006- sobre todo dos: «Ask Me Tomorrow» y «Excuses for Traveller»). Si el otro día hablábamos de Gram Parsons, en esta época Neil Halstead no le andaba lejos musicalmente. Tras liderar estas dos bandas, ambas de culto en los 90 y 00, el bueno de Neil se vuelca definitivamente hacia los discos con su propio nombre, en solitario se suele decir pero ya se sabe que esto nunca es exacto; lleva ya tres editados como Neil Halstead, y aparentemente son sencillos en estilo, producción y composición pero a nada que te dejas enredar en ellos, devienen maravillosos, casi como mántricos. Ha saltado del estilo americana al folk british, y lo ha hecho con tanto acierto que su music actual nos remite a los prematuramente difuntos Nick Drake, John Martin y Bert Jansch (los dos últimos, por cierto, se fueron hace bien poco); y estos tres artistas son palabras descomunales cuando hablamos de folk británico, y de cantar maravillosamente canciones maravillosamente compuestas, si hablamos en general. Pues la cita de ayer era original a más no poder, porque NEIL HALSTEAD, acompañado por una banda muy competente (cuatro músicos: guitarra, bajo, batería y teclas) iba a interpretar al completo “The Velvet Underground & Nico” (1967), obra imprescindible y seminal de la historia del rock y del pop. «De “The Velvet Underground & Nico” poco podemos añadir que no se haya dicho. Es el disco del plátano, ya saben. Seguramente, el álbum rockero de debut más trascendental, puede que también el más imitado, por aquello de que todo el que lo compró montó una banda, etc. Preciosista, experimental, dulce, perverso. Con mucho rock’n’roll. Lou Reed y su ambición literaria, John Cale y su filia por la disonancia, Nico y su enigma», leemos en el programa del concierto, y como está bien escrito, lo ponemos.
Bien, pues el concierto del Antzoki tuvo dos partes. La de las versiones de la Velvet fue perfecta, sonó dpm y nos encantó.
Pero la que quedará para siempre grabada en nuestra memoria vino después, duró unos doce minutos y era lo que más anhelábamos aunque no sabíamos siquiera si se iba a producir. La protagonizó el propio NEIL HALSTEAD, SOLO CON SU GUITARRA ELECTRICA Y SUS PEDALES, interpretando dos temas («Digging Shelters» y «Bad Drugs And Minor Chords», las dos primeras, si no nos equivocamos) de su último y fenomenal disco, «Palindrome Hunches» (2012) y resultó mágica, hipnótica, casi un trance. Por cómo cantó y por cómo tocó la guitarra, que no en vano es un consumado especialista con su instrumento, y estuvo inspiradísimo creando con ellas ambientes que oscilaban entre el jazz, el folk y el post-rock ambient. Un detalle revelador: estaba esa noche el Antzoki lleno de rockeros veteranos y de fans del pop oscuro y guitarrero que siguen emocionándose con el histórico e inagotable disco del plátano, pero tras finalizar el set de las versiones de la Velvet y mientras NEIL HALSTEAD tocó las dos canciones, el silencio fue sepulcral y no se movió ni la cortina; no se oía ni el servir de los vasos junto al tintinear de los hielos, cosa rara en este local; parecía que estábamos en misa tras la comunión y recogiditos en nosotros mismos. Y no es cosa rara, esta es nuestra religión. ¡Qué miércoles, amigos y amigas! Adoramos la música en directo. Por eso la programamos en la Estación cada viernes.

Mañana, viernes 14 de marzo, tenemos en concierto acústico a DANI MERINO, conocido cantautor getxotarra muy en la onda del folf-rock americano, y por cierto, nada alejado de la fase country-pop de Neil Halstead. Te esperamos.
Os dejamos con «Wolfcry», la canción de GREGORY PORTER que más nos flipó ayer noche en el Campos bilbaíno. La cantó, primorosamente acompañado por su pianista, como si fuera un ángel aterrizado en el teatro con la misión divina de embellecer ese momento y hacernos felices a los asistentes.

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