Menudo enero de mierda

HOY, MARTES, PENSÁBAMOS EXPLICAROS :

1) POR QUÉ NO PUDIMOS HACERNOS ECO DE LA MUERTE DE DAVID BOWIE (en nuestra nada documentada opinión, junto a Lou Reed, Bob Dylan, Neil Young y Tom Waits, en ningún orden, el quinteto de dioses de la música popular que más nos gusta)

2) y asimismo COMENTAROS TAMBIÉN SI «EL HIJO DE SAÚL» (ya sabéis, la peli que versa sobre el comportamiento y la mirada de un prisionero, judío húngaro, encargado de quemar los cadáveres de su propia gente en los hornos preparados a tal fin en el campo de concentración de Auschwitz) nos parecía tan desoladora y dura como se ha escrito y dicho, dándole por supuesta (quizá con excesiva indulgencia) una deslumbrante calidad artistica.

3) También pensábamos deciros que la exposición de acuarelas de SANTIAGO LOBIT está gustano muchísimo ala gente que ya la ha visto, y que el pasado sábado que se inauguró hubo unambiete estupendo en la Estación de Neguri.

4) Y, mirad que teníamos cosas que contar, también íbamos a comentar hoy que ayer, lunes, lo pasamos estupendamente en el ARRIAGA bilbaino en la representación de LA COMEDIA BALLET «Monsieur de Pourceaugnac», escrita en el siglo XVII por Moliere, musicada por Lully y con el tema baile a cargo del coreógrafo Pierre Beauchamp; la puesta en escena de esta producción, muy atinada, es responsabilidad de Clément Hervieu-Léger y, en lo musical, del genial William Christie, director de nuestros amadísimos “Les Arts Florissantes”, que tocaron en vivo ayer conducidos por el propio Christie, que además tocó el clave, y en formato de diez músicos (cuerdas, flautas, tiorba y percusión) ungidos todos ellos de la gracia divina del maravilloso barroco francés.

Pero todo se nos ha ido al traste, porque este infame enero de 2.016 se ha llevado, además de a Bowie, a otro de los grandes grandes, cuya voz forma parte imborrable de (lo mejor de) nuestra adolescencia y de nuestra vida entera: GLENN FREY, quizá la pieza más importante de EAGLES, una banda que, por mucho éxito mundial que tuviera y siga teniendo, siempre nos pareció lo mejor de lo mejor. Los llevamos muy muy dentro, y ahí se quedarán. Para siempre. Adiós, Glenn. Gracias, de corazón.

Quien fuera su compañero en los Eagles durante 45 años, Don Henley, acaba de difundir esta nota en la que lo recuerda y se despide de él. Cuesta imaginar mejor homenaje. Volvamos a leerlo:

“Era como un hermano para mí, éramos una familia, y como la mayoría de las familias, hubo algunas disfunciones. Pero el vínculo que forjamos hace 45 años nunca se rompió, incluso durante los 14 años en que los Eagles estuvieron disueltos. Éramos dos jóvenes que hicieron la peregrinación a Los Ángeles con el mismo sueño: dejar nuestra impronta en la industria de la música; y con perseverancia, un profundo amor por la música, nuestra alianza con otros grandes músicos y nuestro mánager, Irving Azoff, construimos algo que ha durado más de lo que nadie podría haber soñado. Pero, Glenn fue el que lo empezó todo. Era la chispa, el hombre con el plan. Tenía un conocimiento enciclopédico de la música popular y una ética de trabajo a la que no renunciaba. Era divertido, testarudo, impredecible, generoso, muy talentoso y trabajador. Amaba a su esposa e hijos más que a nada. Estamos todos en un estado de shock, incredulidad y profunda tristeza. A finales de julio cerramos triunfalmente los dos años de “History of the Eagles Tour” y ahora se ha ido. No estoy seguro de si creo en el destino, pero sé que las caminos que se cruzaron con Glenn Lewis Frey en 1970 cambiaron mi vida para siempre, y con el tiempo tuvo un impacto en las vidas de millones de personas en todo el planeta. Será muy extraño seguir en un mundo sin él. Pero voy a estarle agradecido, todos los días, por haber estado en mi vida. Descansa en paz, hermano mío. Hiciste lo que te propusiste hacer, y algo más”.

Escuchando, una vez más de las miles en que la hemos escuchado, «Lyin’ Eyes», y viendo cantar a este maravilloso vocalista hace casi 40 años, contenemos justito justito la emoción. Y le decimos, con admiración y respeto, adiós, Glenn.

Cuando, en medio de una conversación sobre la music que nos gusta, buscamos un ejemplo perfecto de lo que es cantar con talento natural y técnica perfecta,y, más importante aún, trasmitiendo autenticidad y sensibilidad, a menudo nos viene tu nombre, GLENN FREY, a la mente.