Tras mucho pensarlo, habíamos decidido ver a Bruce Springsteen en Madrid el 21 de mayo. Era la única fecha en que podíamos. No somos fans acérrimos de Bruce (sí que lo somos, por ejemplo, de Tom Waits, Neil Young o Lucinda Wiliams, o de Tindersticks, o de Mcenroe o de Bonnie Prince Billy, o de Damien Jurado) pero el hecho de que el leitmotiv de esta gira fuera la interpretación de «The River», quizá el disco que más nos gusta de Bruce y, esto sin duda alguna, el que más nos recuerda cuando éramos más jóvenes, más ingenuos y más guapos. Nos costó tomar la decisión por lo caro de la entrada, por lo difícil de conseguirla y porque estos conciertos multitudinarios de artistas con tantos millones de seguidores en todo el mundo nunca nos han molado, por diversos motivos que no enunciaremos para no discurrir por el terreno de la negatividad. Preferimos lo positivo, siempre a favor de obra.
Venga, nos ponemos esta mañana al ordenador para pillar las entradas, cinco minutos antes de la hora oficial de inicio, que era a las diez de la mañana. Pues bien, solo hemos podido contactar operativamente (es decir, con opción de efectuar la compra de las entradas) con Ticketmaster (estaba ininterrumpidamente saturada de usuarios su web) a eso de la una y cuarto de la tarde, cuando solo quedaban a la venta entradas de visibilidad reducida. Queríamos las de pista, de las ver de pie el concierto, y no ha habido manera. Pensábamos que sería más viablel conseguir estas que las de sentado, pero qué va. Más de tres horas de impaciente espera para nada. «Agotadas». Sin opción alguna de compra, y ello a pesar de que hemos sido más diligentes imposible.
Pues vale; a otra cosa, mariposa.
Muchas son las cosas, y casi ninguna buena, que nos pide el cuerpo comentar sobre tantos miles de personas que dicen adorar el rock y solo van a ver a Bruce, a los Rolling, a Elton John, a Bryan Adams, a Metallica o a su santa madre. Porque hay infinidad de artistas y bandas de enorme calidad que transitan por territorios sonoros similares al de estos monstruos que gozan de fama planetaria y de la publicidad gratuita de los medios de comunicación de masas, que a pesar de haber creado una obra colosal en unos casos, o incipiente y renovadora en otros, que apenas reúnen a unas decenas de personas en locales modestos y de fenomenal solera y compromiso con la escena musical que se juegan su supervivencia casi en cada concierto, al igual que lo hacen los promotores de estas bandas y artistas. Solo hay público, se diría, para los grandes festivales y para los nombres de relumbrón a nivel internacional. País. Nos gustaría que las cosas fueran de otra manera pero…
Vale, no veremos a Bruce, pero este mismo jueves en el Antzoki bilbaino (habrá que compaginarlo como se pueda con el partido del Athletic) podremos ver en concierto a PETER BRUNTNELL, el mejor representante imaginable de lo más genuino del pop británico, a pesar de que casi nadie le conoce por estos pagos. El promotor del evento es el selllo Hanky Panky Records, de nuestro buen amigo Iñaki, con quien nos vemos en tantos conciertos, el último el pasado sábado en el homenaje a Bowie.
«Las canciones de PETER BRUNTNELL basculan entre el rock americano y el pop de exquisita facturación. Su nuevo álbum que vendrá a presentar al Kafe Antzokia verá la luz el próximo mes de abril bajo el titulo de “Nos Da Comrade”. Joé, qué bueno.
Seguimos, la cita es estupenda, sin duda, confiad en nosotros y en el propio Iñaki, infalible al elegir a sus artistas. Tuvimos ocasion de comprobarlo, una vez más, en el elegante e intenso concierto -gratuito, además- de Alan Tayler hace un mes en el Colegio de Abogados de Bilbao.
Por cierto, ¿cuánto cuesta la entrada para ver en directo a PETER BRUNTNELL? Cinco euros. Sí, cinco euros, menos que un cubata y que el cine. Y sin agobio ninguno para comprarla, y sin mogollones de gente que a veces te impiden disfrutar del set. ¿Cuánta gente irá? Ya veremos.
Sobre la calidad de este artista británico, tres cositas:
1) hemos escuchado varios de sus discos, y nos gusta mucho. Los hemos puesto a sonar estas últimas mañanas en La Estación de Neguri y ha funcionado a las mil maravillas. Pop-rock exquisito, con toque, sensibilidad y carisma de cantautor.
2) nos cuenta el propio Iñaki en la promo de este concierto lo siguiente: «El New Musical Express publicó en su momento que los discos de Bruntnell deberían ser estudiados en las escuelas. Tiene publicados 9 discos de estudio y entre sus fans se encuentran Peter Buck de REM, Kurt Wagner de Lambchop o Jay Farrar de Son Volt. Nos encontramos ante uno de los compositores más consistentes de la actual escena británica».
3) la referencial revista Mojo ha puesto por las nubes al disco que publicará el próximo abril y que presentará PETER BRUNTNELL en su actual gira, que incluye la cita de Bilbao de este jueves
Son argumentos de peso, sobre todo los dos últimos. Pero escucha esta canción que te ponemos más abajo y créate tu propia opinión. Nos vemos el jueves.
(Nota: pensábamos hablar hoy del estupendo concierto que hemos programado para este viernes 11 marzo, con la colaboración de la cerveza La Salve, en nuesto local, pero lo dejamos para mañana, que hay tiempo. Eso sí, anota la fecha en tu agenda, que luego se te pasa)
Vamos con la cancionaca de PETER BRUNTNELL. Se titula «Handful Of Stars» y es el primer tema (zo) del que creemos su primer disco, «Normal For Bridgwater», datado en 2.000. También figura en su disco recopilatorio «Retrospective», que es una gozada absoluta. Lo dicho: nos vemos el jueves en el Antzoki.