Si aguantan los limones, aguantamos nosotros. Al fistro de tiempo que llevamos sufriendo dos meses (la frase del mes: «cuatro grados y llueve en Bilbao; tendencia a empeorar», en la radio, el pasado martes) y al horroroso juego del Athletic esta temporada, como buena muestra el espectáculo de impotencia y ausencia del más mínimo rigor y criterio futbolístico del empate cosechado ayer (no se mereció ganar, qué va) en San Mamés ante el vicecolista y equipo más goleado de la Liga. Con lo que nos afecta el tiempo y el Athletic, llevamos una racha que para qué.
Lo dicho, hay que aguantar y confiar en que las cosas mejorarán (lo del Athletic tiene muy mala pinta: incluso pensamos hoy que Ziganda, cuya dimisión o cese es imprescindible para salir del hoyo, no es el único responsable: la plantilla quizá requiere savia nueva, cambios y relevos, incluso en jugadores que fueron hace no mucho muy importantes, Iturraspe, Raúl García y Rico entre ellos) aunque reflexionando sobre la foto que acabamos de sacar en nuestro pequeño jardín, quede la duda de si sudamos del estrés, si simplemente nos hemos mojado tras el paseo, o si en realidad tenemos goteras por el constipado que (el trato hace el afecto, decía aquél) nos ha cogido cariño y se ha quedado en casa a vivir, para siempre.
En fin, os dejamos con un tema de uno de los discos más lúdicos y amenos de escuchar de lo que llevamos de año, “I Can Feel You Creep Into My Private Life”, lo nuevo de los, más que eclécticos, osados e irreverentes TUNE-YARDS, en el que casi todo tiene cabida (sonidos afro y caribeños, retro 80s, funk, pop, rock, house, disco music…, o sea, una fiesta de categoría)
MARTES, FESTIVO. DÍA DE UNA CONSTITUCIÓN que cada vez menos personas y partidos parecen querer mantenerla tal y como está, cosa lógica por otra parte. Incluso la ley de leyes debe adecuarse a los nuevos tiempos, y la nuestra tiene ya sus años, se aprobó antes de que, por ejemplo, entráramos en la UE, y de que existiera Internet, las redes sociales y la realidad on line. Algunos, no pocos, coinciden en que hay que reformar la Constitución pero lo hacen sin ponerse de acuerdo en qué apartados de la magna carta deben revisarse o sustituirse por otros; también son algunos quienes prefieren ignorarla hasta el punto de ir a su peusto de trabajo cuando es festivo en todo el país. Y la mayoría, queremos pensar, la tenemos como uno de los pocos hitos indudablemente modernos, democráticos y conciliadores de nuestra penosa historia política como país.
Ya en otros asuntos, NOS FELICITAMOS por esta perfecta jornada liguera (que acabó ayer con la inesperada, abultada y cmuy conveniente derrota de la Real Sociedad) para el ATHLETIC, que ganó su partido en San Mamés y que ve cómo de los siete equipos que tenía delante en la clasificación no ganó ninguno; y que tres, Sevilla, Eibar y Real Sociedad, incluso perdieron).
Y NOS PREGUNTAMOS, como lo hacía ayer un articulista en El Correo, si, en realidad los REFERÉNDUMS (últimamente quien los convoca, normalmente con propósito de avanzar y mejorar, los pierde; léase Reino Unido, Colombia e Italia) y las primarias (el aparato del partido las manipula tanto o más que en el sistema representativo tradicional) son tan defendibles como siempre se ha creído; se cuestiona, a la vista de lo que está ocurriendo (la demagogia se impone, amigos/as) en la práctica, sin son tan adecuados, democráticos, convenientes y positivos para la sociedad y para los partidos que la gestionan.
Y os dejamos, para comenzar la mañana, con un breve concierto en estudio de OKKERVIL RIVER, la banda del cantautor tejano Will Sheff; que acaba de publicar su octavo disco, de título «Away» .
Hemos visto dos veces en concierto a OKKERVIL RIVER, y de la primera de ellas (Castellón, festival Tanned Tin de 2.006) guardamos un excelente recuerdo. Pop-rock sensible y emotivo sin pasarse de raya, muy bien tocado y mejor cantado, anclado delciadamete en la raíz del folk y el country. La preciosa y amplia voz de Will Sheff es de esas que uno, casi siempre equivocado, creía llamada a convertirse en muy apreciada por el gran público.
A disfrutar del día festivo. Nosotros nos vamos a dar una vuelta por el monte, zona Duranguesado. Nos vemos en el aperitivo, en La Estación de Neguri, por supuesto.
La primera y emotiva canción del video, «Okkervil River R.I.P.» (¡vaya!) es la que abre el disco. A ver si te gusta.
MARTES, proponemos cancionaza del nuevo disco de MICHEL KIWANUKA y…
– acabó el TOUR con la decepción habitual: gana de calle el mejor y más aún, si tiene el mejor equipo y a sus rivales se les ve deprimidos ante tal superioridad. Ni siquiera hemos visto ataques -relevantes para la general- en las etapas de montaña.
– terminan de recogerse los restos de la gran juerga de las PAELLAS del domingo; queda como pésimo recuerdo/aviso para el futuro la denuncia de una violación, de madrugada, en el recinto festivo
– las NUBES siguen ahí, derrotando nuestras ansias de playa y de sombra en la terracita
– el JAZZALDI donostiarra finaliza otra edición con más brillos/lentejuelas y autosatisfacción (según su director, todas las ediciones, una tras otra, son excelentes, inmejorabes, qué suerte la suya…) que brillo artístico del bueno
– el Athletic sigue concentrado, perpetrando partidos amistosos que deberían ser a puerta cerrada de lo malos que son y de lo poco nada que informan al aficionado sobre cómo está el equipo o sobre la composición de la plantilla para este curso, y lamentando un año más que no tiene sustituto fiable para un Aduriz cercano a su retirada por imperativo biológico
– el cineasta británico TERENCE DAVIS sigue creando melodramas impecablemente éticos y estéticos que te dejan con boca y ojos abiertos (no se pierdan «Sunset song», aún en cartelera, solo en Bilbao)…
– o sea, que todo, más o menos, sigue igual que ayer y anteayer….
– y la factoría del soul/blues mundial sigue proporcionando discazos, como el segundo de MICHAEL KIWANUKA, el británico de origen ugandés de quien hemos hablado muchas veces, por las preciosas canciones que contenía su disco de debú «Home Again», publicado hace ya cuatro años.
Titulado ‘Love & Hate’ el nuevo material de MICHAEL KIWANUKA, recién editado, ha sido saludado con elogios incluso desmesurados («obra maestra» o «ha nacido unA estrella», hemos leído en publicaciones de referencia) y llama la atención al oyente por su producción compleja y contemporánea (hasta con aderezos electrónicos, oiga), obra del prolífico Danger Mouse, lo que le ha acarreado alguna comprensible incomprensión, por alejarse del sonido acústico y más «natural» del primer disco.
Es MICHAEL KIWANUKA un joven talentoso (buen compositor, gran cantante, guitarrista competente…), sencillo, emocionado por su éxito y nada pomposo, cuyos padres huyeron del tiránico y cruel régimen de Idi Amin, que ha sabido buscarse la vid y que ha tenido la suerte que merece. Reconoce estar en la música para algo tan prosaico y elemental como sentirse bien, y para dedicarse a lo mismo que sus ídolos de la infancia (Marve Gay, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Nirvana, Pink Floyd…). Cuenta Michael que nuevo disco habla de «las emociones humanas y los conflictos que surgen cuando no eres capaz de gestionarlas bien”. Lo dicho, un tipo sencillo y sin tonterías de divo, pretensiones ni rarezas; así lo comenta todo el mundo.
«En contraposición a ‘Home Again’, las nuevas canciones de Kiwanuka siguen siendo introspectivas pero no así su realización, mucho más ambiciosa. Kiwanuka y compañía abren en ‘Love & Hate’ una exuberante panorámica de cuerdas, pianos, coros celestiales, guitarras líquidas y metales al servicio de las melodías de R&B y soul clásico de Bill Withers, Otis y compañía que es tan emotiva como intrincada», explican en la web especializada jenesaispop.
Vamos a escuchar, para dar comienzo a esta mañana que a su vez inicia una semana laboral de solo cuatro días con «Black Man In A White World», una de las más atractivas (y más blues/gospel, aunque vira a media canción al soul/pop) cancionacas de este nuevo disco de MICHAEL KIWANUKA.
VIERNES, hará buen tiempo y disfrutaremos esta noche, a partir de las nueve, del CONCIERTO acústico de CATFISH LOUIS & WASHBOARD JOHNNY, blues del Delta, ragtime y el primer folk norteamericano, guitarras y percusiones creando sonidos envolventes y vintage musical del bueno. Te esperamos, no deberías faltar.
No vamos a decir mucho sobre la marcha de ANDER HERRERA ni a repetir que el presidente del Athletic tiene la curiosa virtud de posicionarse casi siempre en contra de lo que entendemos por sentido común. Pero lo de Urrutia no podemos soslayarlo: ¿Cómo puede causarle “decepción” que un futbolista que ni siquiera ha creado nuestra cantera y por el que pagaron 11 millones de euros a un club (el Zaragoza) de inferior capacidad e historia que el nuestro y cuya afición adoraba a este jugador, se quiera ir, tres años después y tras haber crecido como deportista y como persona, a otro equipo, de más renombre y proyección que el Athletic (el Manchester United, uno de los cinco o seis grandes grandes del fútbol mundial) a ganar el triple de dinero, a vivir una experiencia reservada a poquísimos futbolistas y a aprovechar una oportunidad que normalmente se tiene una vez en la vida? Si lo único que generas con esa postura es frustración en la gente, que, además, este año está encantada con el temporadón hecho por el equipo que nos ha llevado a la posibilidad de disputar la Champions… Es cero inteligente, además de, nos tememos, insincero, impostado para hacer la pelota a una afición a la que se quiere infantilizar con esos planteamientos tan primarios y emotivos, pero que no pica el anzuelo porque es más pragmática y realista que todo eso y sabe cómo son las cosas en este mundo del deporte de élite, movido por el dinero, la fama, el egocentrismo de los jugadores y en este plan. El Athletic ha disfrutado durante tres años de un buen futbolista que no era suyo y al que compró en el mercado, ha obtenido una plusvalía del 200% de lo invertido (beneficio neto: 24 millones de euros, casi seguro que muchos de nosotros no los ganaremos este año) y puede presumir de que en las últimas temporadas, tres de sus futbolistas han fichado por la Juventus (Llorente), el Bayern Munich (Javi Martínez) y el Manchester United. Tres nombres míticos, que asustan. Jamás ocurrió algo así en la historia del Athletic. Si tú quitas jugadores a otros equipos, ¿cómo puedes ser tan flipado de no admitir que otros te los quiten a ti? ¿Y cómo puede decepcionarte que un profesional de tu empresa quiera mejorar laboral y económicamente? Presume de ello, y no seas cenizo, hombre, que a todos nos sobran motivos para estar preocupados y tristes. ¿Que se van los mejores jugadores del Athletic, porque los fichan los mejores clubs de Europa, con los que es imposible -por mucho que seamos de Bilbao y que presumamos de afición y de mimar a nuestros jugadores-, competir ni económicamente ni en metas deportivas? Pues hay que resignarse, o mejor, felicitémonos de ello (algo se está haciendo bien, no todo puede ser suerte) y pensemos qué se puede hacer para que no ocurra lo mismo con Iturraspe, Muniain y Laporte. Por lo demás, Ander, mucha suerte y que disfrutemos viéndote triunfar en el Manchester, o donde sea.
Os dejamos con un vídeo muy especial, el del concierto de THE WAR ON DRUGS en este pasado Primavera Sound. La canción es «Red Eyes», una de esas por las que será recordado este 2014, y la banda estadounidense que la toca, liderada ahora por ADAM GRANDUCIEL tras la marcha del otro jefe del grupo, KURT VILE, para desarrollar su (magnífica) carrera en solitario (atención: el 22 de Agosto, en plena Aste Nagusia, tocará en Bilbao, Kafe Antzokia), una de las protagonistas del año, con su discazo un tanto revival y convencional pero maravilloso, “Lost in the Dream”. Hemos hablado más de una vez de THE WAR ON DRUGS en este muro de La Estación. Nacieron hace una década o poco más como una banda de rock ruidoso, minoritario y lisérgico (los vimos hasta tres veces en directo; la primera en Bilbao, con unas treinta personas en el público) y han evolucionado hacia la claridad y la sencillez del pop-rock melódico, cristalino, de psicodelia bien medida y para todos los públicos, en el que bien poco cuesta detectar reminiscencias, cuando no profunda huella, de iconos como Tom Petty, Springsteen, Dylan, Fleetwood Mac, Dire Straits, o los menos puretas Wilco. Música para padres e hijos, tan apropiada para desayunar como para bailar de madrugada o escuchar en directo. ¿Imposible? Escucha, escucha… y disfruta con este pedazo vídeo.