Queremos hablaros de un artista vasco de elite, absoluto desconocido para la gente común, entre la que -con algún reparo- aceptamos incluirnos. Se trata de CARLOS MENA, contratenor de vasto y original repertorio, vitoriano de toda la vida y hermano del más reconocido -aquí y en buena parte de Europa- director de orquesta Juanjo Mena. Algo habíamos oído hablar de Carlos Mena pero la lectura de la entrevista (por cierto, no recordamos haberle visto nunca en un periódico vasco; de hecho su cara no nos sonaba de nada) muestra a un artista que, aun consagrado a nivel internacional, se reivindica ajeno al sistema de divos y de algunas convenciones y formalismos que caracterizan, y en cierta medida lastran, el mundo de la música (maldenominada) culta; y, sobre todo, a un hombre de su época con los pies en el suelo, atento a los problemas sociales, sensible y con opiniones punzantes y fundadas sobre temas de actualidad, como el imperecedero machismo, el sistema educativo o el mundo de la espiritualidad y las religiones. Os recomendamos la lectura de la entrevista: si tecleáis en el buscador de Google «Carlos Mena La Vanguardia» el primer resultado es esta entrevista; además, mucho más amplia que la publicada en la edición impresa. Euskadi no solo da políticos, empresarios y deportistas, afortunadamente.
Un personaje fascinante CARLOS MENA. Pero, ¿y cómo canta? Pues eso es lo mejor, naturalmente: un autentico ángel en la Tierra. Cuesta elegir, pero probemos con «Cum dederit dilectis suis somnum», enmudecedora e hipnótica aria de música vocal sacra de Vivaldi para contralto, cuerdas y bajo continuo, que forma parte de «El Nisi Dominus (RV 608)», salmo compuesto hacia 1717 por el mejor Antonio que ha dado el género humano al arte y la belleza. Buen día para todas y todos.