Acabo de ver FE DE ETARRAS y voy a acabar pronto con mi comentario: un bodrio de categoría. No te hace reír, ni te hace no ya pensar sino siquiera reflexionar un poco sobre un tema tan particular y controvertido como el final de ETA; ni sorprende, ni te emociona ni crea suspense alguno. Ni tampoco entretiene mucho. Una joya, en otras palabras. Una peli pequeña en todo, no llega siquiera a ser una parodia, van desfilando tópico tras tópico en los supuestos gags, la historia es inverosímil, està narrada como con desgana y cierto desaliño, incluso se hace un poco tediosa durante el tramo medio del -afortunadamente- corto metraje.
Bueno, vale, algún momento gracioso y ocurrente tiene, pero poco más. La producción es más que pobre casi tercermundista, la realización peca de impersonal y fea de solemnidad; y el desenlace final se antoja precipitado, y es de traca y nada ingenioso aunque al menos tiene cierta lectura política.
Yo pensaba que los de Netflix eran un poco más listos; se la han colado. Barata sí, pero floja floja. Un muermo de peli. Fallida. Salvamos solo a los actores, notables los cuatro principales, y el punto de partida de la historia (que no la primera escena en Francia, mediocre de veras), interesante y procedente en esta coyuntura que vivimos, aunque quizá hubiese sido más oportuna hace dos o tres años.
No comprendo las críticas positivas que he leído de profesionales que me parecen fiables. Debo ser yo el raro o el muy exigente. Todo me suena repetido, fácilón e incluso cargante. ¿Será que soy vasco de pueblo pequeño, de toda la vida?
La entrañable Pagafantas y, sobre todo, la arriesgada Negociador, ambas del propio Cobeaga, me interesaron mucho más, incluso las disfruté por momentos. Y Negociador tenía emoción, acción y brindaba sutiles golpes de humor y mostraba la negrura de la época,; en suma, que no eran grotescas, aburridas y ridículas como esta.
¡Mira que no hemos citado una sola escena ni un solo chiste, eh!
Podría al menos Fe de etarras asumir algún riesgo y ser políticamente incorrecta, pero qué va, ni siquiera eso. Es blanca e inane hasta en lo político.