Desde el sábado 8 de noviembre, tenemos colgada en La Estación de Neguri una nueva exposición: los óleos de mediano y gran formato de JUANA URREJOLA. Los comentarios recogidos ayer viernes entre nuestros clientes y amigos fueron muy elogiosos.

Hoy, sábado, a las ocho de la tarde, inauguramos oficialmente la muestra, con presencia de la propia artista. Se trata de una docena de obras en una exposición que, compuesta por bodegones, naturalezas muertas y unas particulares versiones de Las Meninas, refleja lo más representativo de la obra reciente de esta veterana artista. JUANA URREJOLA, tras nacer en Otxandiano y vivir desde niña en Bilbao, reside desde hace casi tres décadas en Las Arenas(Getxo) y es una gran aficionada a la ópera y visitante habitual de museos (es amiga/socia del BBAA de Bilbao y de su vecino Guggenheim) y galerías de arte. Se reconoce admiradora de Picasso, Juan Gris, Matisse, Braque y Frida Kahlo, y nos cuenta que «casi todas las obras que he elegido para esta exposición tienen querencia cubista, y alguna tiende un poco a lo naif».

No veremos paisajes en esta muestra (“no me gusta pintar al aire libre y no concibo pintar paisajes sin hallarme en contacto directo con la naturaleza”) ni acuarelas (“no me va, me da la impresión de que no me luce el trabajo”), ni siquiera acrílicos, porque prefiere el óleo, “me siento más identificada, aunque el óleo sea más lento en secar y resulte más trabajoso a la hora de conseguir los colores”.

Comenzó siendo espectadora y fue después de disfrutar mucho del arte ajeno cuando se puso a crear por ella misma. No es del todo autodidacta, porque aun no pudiendo cursar Bellas Artes porque en su momento priorizó la atención a su familia, durante años asistió a cursos de varios maestros pintores (”de cada uno aprendí algo, fue un ir acumulando conocimientos y experiencias”). Hace ya más de 25 años participó en dos exposiciones colectivas en Bilbao, y posteriormente ha mostrado su obra en galerías de Getxo, Bilbao y San Juan de Luz. Y desde hoy, tras meses de preparación de esta muestra, tenemos la suerte de poder contemplar el producto de su trabajo en nuestro local. Gracias, Juana.

Pues ya lo sabéis, nueva expo en La Estación. Desde hoy mismo hasta el 6 de diciembre. No os la perdáis.

Os dejamos con “Karen”, quizá nuestra canción favorita de los afortunadamente ya muy conocidos THE NATIONAL (es de uno de sus primeros discos, “Alligator”), a quienes pudimos ver tocar -como máximas estrellas del cartel- el pasado sábado en el BEC dentro del festival BIME. No, no hicieron “Karen” en directo; una pena, pero el concierto fue fantástico; no esperábamos menos.

Algunas fotos son pura música. Y ciertas músicas son como fotos de nuestra vida, de esas emociones, esas penalidades y esas buenas rachas que le dan humor y tragedia, ritmo y algún sentido. Banda sonora: «Una y no más», de ÚRSULA, uno de esos proyectos (liderado por el gaditano/sevillano David Cordero, que sigue en la brecha; léase, por ejemplo, colaborando con Ricardo Mcenroe en VIENTO SMITH), que marcaron el principio de siglo en la music de nuestro país, aunque la mayoría de nuestros paisanos no se enterara de ello. «Todo vuelve a ser lo que no era», el disco de URSULA que contenía esta y otras prodigiosas canciones, se publicó en 2.002 y, sí, parece música no ya de hoy mismo, sino incluso de mañana.

Banda sonora: «Great Ghosts», del último disco, «The Cellardyke Recording and Wassailing Society», del escocés JAMES YORKSTON, casi a la altura del descomunal «Just Beyond the River» (2.004) con el que le conocimos hace ya bastante tiempo. Lentitud, que no parsimonia;, intensidad, que no épica.

La EXPOSICIÓN DE SOLE MORENÉS se está revelando como una de las más exitosas de las que llevamos colgando de las paredes de La Estación desde que abrimos en diciembre de 2.011. No cesan los comentarios elogiosos de nuestros amigos y clientes, el local luce espléndido con tantas obras tan diversas en formatos y técnicas y tan magníficamente presentadas; y decenas de personas nos han visitado por primera vez con la intención expresa de ver (y de llevarse a casa alguna obra, en varios casos) la expo de esta joven artista getxotarra que se queda con el s. XX, con el Surrealismo y las Vanguardias Artísticas y que admira a Magritte, Pollock, Rothko, Franz Kline, Barnet Newman, Ad Reihardt, Frank Stella, Malevich, Jules Olitski, Lewitt, Donald Judd, Robert Ryman, Monzoni, Robert Rouschenberg, Miró, Tapies… Se confiesa Sole Morenés admiradora del grupo El Paso, particularmente de Rafael Canogar, Luis Feito, Manolo Millares y Manuel Rivera. Y del movimiento FLUXUS, porque «hay total libertad de expresar, elegir y pensar». Si algo queda claro tras ver su expo es que «mi pintura favorita es la abstracta, y la más afín a lo que yo hago. Me gusta tanto el Expresionismo Abstracto como la pintura Abstracta Geométrica. El Minimalismo es también un punto de referencia para mis creaciones».

Le preguntamos a Sole QUÉ OPINA DE LOS MUSEOS de bellas artes y de su política de exposiciones enfocada a lo masivo y espectacular y a la obra de los artistas más consolidados a nivel mundial. «Deberían acercarse más a los jóvenes artistas creando propuestas para que podamos exponer; al fin y al cabo, darnos facilidades. Es una lástima que no confíen en los artistas de su propio país, estaría bien que nos ayudaran programando exposiciones colectivas para darnos a conocer. A pesar de todo, los museos me gustan (no todos), son una fuente enriquecedora donde disfruto mucho. Y sobre las opciones reales de dedicarse de modo profesional al arte, asume que «Sinceramente… pocas. Me encantaría y ojalá algún día lo consiga, pero por ahora… imposible. Tengo la suerte de que, de momento puedo compaginar mi trabajo con el Arte, y estoy feliz haciendo lo que me gusta».

Ya lanzados, nos metemos en berenjenales: ¿Qué supone para ella la CREACIÓN artística? Nos cuenta Sole: «Para mi es la expresión más pura de los sentimientos profundos del ser humano. No busco darle un sentido intelectual al objeto de arte como tal, sino generar emociones en el espectador. Por eso, mis obras están abiertas a múltiples interpretaciones dependiendo de la persona que observe».

¿Y cómo ve EL MUNDO ACTUAL DEL ARTE? «Mal, desde luego en España. Creo que se encuentra en una situación dramática donde no se reconoce el mérito del artista. Está claro que en época de crisis es complicado pero no estaría mal que las instituciones nos echaran una mano». Por último, quisimos preguntarle CÓMO HA CONCEBIDO y encarado el reto de su primera expo individual, que le supuso varios meses de dedicación específica. «Podréis ver una muestra de varios años de mi trabajo. Es una clara evolución a lo largo de estos últimos tres años donde se ven diferenciados estilos distintos. Al principio hay una época en la que solo utilizo los colores rojo y negro, más adelante voy incorporando colores neutros, tipo grises, poco a poco añado colores nuevos hasta los fosforitos que están ahora más de moda. Aunque la verdad, siempre vuelvo al origen y termino realizando composiciones en rojo y negro, quizás porque es con los colores que me siento más cómoda trabajando. Hay pintura, xilografía, grabado y estampaciones directas sobre papel. Son todas ellas obras abstractas y minimalistas que llevan al espectador a pensar libremente. Por un lado, hay creaciones impulsivas, instantáneas, complejas, donde los propios elementos visuales son los que cobran expresividad. Y por otro, obras con una planificación previa, una lógica estructural, composiciones sistemáticas, orden. En todas ellas pretendo buscar la precisión en los acabados, le doy a esto mucha importancia».

VIERNES, concierto acústico de versiones de grandes canciones del rock, el folk y el blues, con MONI & Co. en La Estación. Vimos ayer noche a Dr. JOHN triunfar en el Festval de Jazz de Vitoria.

Subirán esta noche, a las nueve, al escenario de La Estación varios invitados a acompañar al dúo compuesto por Mónica (voz y guitarra) y Luís (guitarra), MONI & Co., que harán un repaso a los mejores temas de Janis Joplin, Iggy Pop, Bob Dylan, la Credence, Guns and Roses…, en fin, una fiesta que sería tontería perderse. A partir de las nueve, en tu local favorito de Getxo, MONI & Co, quedas informado/a.

Qué breve ha sido lo bueno. Tres días de sol y playa, y ya se anuncian cuatro jornadas de nubes y chubascos, desde hoy mismo.

Cuesta no posicionarse sobre tragedias evitables -y producto del fanatismo político y la ausencia de poso democrático, diálogo y empatía entre los contendientes- como la del atentado de ayer contra el avión ucraniano (casi 300 muertos: se ha perdido hasta el sentido de la proporción a la hora de causar daño al «enemigo») o la invasión israelí de Gaza tras el último episodio de tensión entre judíos y palestinos, pero lo intentaremos.

Y lo haremos recurriendo a la música, en este caso, a la del mítico y muy vigente Dr. JOHN, a quien tuvimos la enorme suerte de poder ver ayer. Ver tocar su piano: es un fenómeno, pero tampoco parece un virtuoso tocando ni hace virguerías; lo que fascina es cómo suena, su feeling y el swing de su toque y la aparente sencillez de su interpetación. Y verle cantar: sí se notó el peso de los años (tiene bien cumplidos los 60) pero su voz no defrauda, él es consciente de sus limitaciones y sale más que airoso del envite, incluso fue alcanzado cotas vocales muy convincentes conforme iba desarrollándose el show. Fue un maravilloso concierto, muy variado en estilos y sonido y espectacular en la forma, en el Festival de Jazz de Vitoria. Ofició Mac Rebbennack (así se llama en la vida corriente Dr. John) sentado todo el concierto a su piano y arropado por una fantástica banda/orquesta de diez músicos, de izquierda a derecha en el escenario: organista -fenomenal su trabajo, con un sonido limpio y profundo, flipante-, bajo, guitarra, batería, y, lo más llamativo, el elegante y lucidísimo sexteto de vientos: la trombonista y coordinadora de esta sección, más dos trompetas, uno de elos un buen solista, y tres saxos, tenor, soprano y barítono. Con temas sobre todo estilo New Orleans y afortunadas incursiones en el blues, el boogie y el jazz-rock, el recital fue arrollador, impecable, entretenido como pocos y, claro está, inolvidable. Con lo que nos gustan luminarias de la música estadounidense actual como Joe Henry, Lambchop o Howe Gelb…, escuchar a Dr. John fue como ir descubriendo poco a poco el origen y el sentido, la esencia y la historia, buena parte del porqué de la fascinante music de estos descomunales artistas. Una gozada el concierto de DR. JOHN, mereció absolutamente la pena el esfuerzo que supuso el desplazamiento a Vitoria, los 30 euros de la entrada, el sofocante calor de siempre en Mendizorroza, y llegar de madrugada a casa.

Nos vemos esta noche en La Estación de Neguri, en el concierto de MONI & Co.