Sobre la película «Manchester frente al mar»

Disfrutamos del trabajo de un Casey Afflek portentoso componiendo su impresionante personaje aún en la transición entre joven y adulto, atormentado, devorado y paralizado, casi en estado en discapacidad emocional por el dolor, el remordimiento y la sensación de culpa de un error trágico cometido en el pasado que pese a todo intenta, y logra en parte, actuar con sentido común, generosidad y afecto en una situación compleja y exigente como pocas: convertirse inesperadamente en tutor legal de su sobrino adolescente.

Y de la deslumbrante aportación de una felizmente reaparecida Michelle Williams, que con sus pocos minutos en pantalla, sobre todo los posteriores al incidente que marca la historia, con esos gestos y esa mirada tan sincera e intensa, tan de enamorar y de dejarte temblando de emoción, que desarma nuestras naturales defensas y deja una profunda huella en nuestros corazones. Cursi de categoría ha quedado la frase pero así lo vivimos, y así se queda.

«MANCHESTER FRENTE AL MAR» es una película triste y dramática que cuenta unos hechos particularmente trágicos en la vida de gente normal y corriente, frágil y fuerte a la vez, seria y divertida a la vez, formal y rebelde/juerguista, en fin, como cualquiera de nosotros, narrada con firme y muy sensible pulso y, esto deviene esencial, con más pudor, amor y comprensión al sufrimiento de las personas que sensacionalismo barato o exhibicionismo del dolor por su director, el estadounidense Kenneth Lonergan.

Lonergan se consagra como autor (es también el guionista de la peli) en estado de gracia que nos explica, mediante primeros planos y diálogos -y silencios- tan elocuentes como certeros y recurriendo a varios flashbacks sabiamente insertados para explicar el porqué, los antecedentes que explican cada situación, cómo el efecto de esas desgracias que se cebaron en unos personajes admirablemente pensados y escritos (llenos de humanidad, sentimientos y caracterizados con matices muy originales, incluidos los secundarios) marca para siempre sus vidas, sin posibilIidad de reparación, salvación, ni futuro viable.

Tremenda, pues, la peli, pero no melodramática al uso, apenas surgirán las lágrimas en el patio de butacas; Lonergan sabe mantener al espectador a cierta distancia del relato, al calibrar perfectamente el peso dramático de las situaciones, al insertar golpes de fino humor y, sobre todo, a la hora de enhebrar con precisión y realismo la descripción de los personajes (por ejemplo, la manera de ser y de relacionarse con el entorno del sobrino, fascinante y poliédrica), de lo que les caracteriza, de cómo piensan, sienten y reaccionan ante cada estímulo y nueva situación. No identifica en exceso al espectador con el personaje principal ni, en realidad, con ningún otro (salvo el de su hermano y el del amigo de ambos, individuos entrañables y sin tacha, ambos) y ello -en estrategia prevista por el director- hace más soportable la tensión damática de lo que va aconteciendo y lo que se va conociendo del pasado.

Podríamos decir más cosas de esta formidable peli, como las escenas perfectas y rebosantes de fuerza y emotividad (dos inolvidables: la declaración de Casey en comisaría y su reencuentro con Michelle, su exmujer, en la calle), la brillante galería de personajes secundarios (el amigo bonachón, la madre de la novia del chico, la madre de este siempre al borde de un ataque de nervios …) o el tensoi y sostenido pulso narrativo de director que hace que se te pasen en un suspiro las más de dos horas de proyección; pero en realidad lo que funciona y flipa más al espectador es que está viendo una peli que rebosa autenticidad y realismo sin edulcorantes balsámicos (salvo una music quizá obvia y en exceso subrayante de las escenas clave) y que narra los avatares de personajes llenos de humanidad, de los que muestra casi con vocación de documental tanto debilidades y fortalezas y, por momentos, incluso su encanto y dulzura.

Hablamos sobre «Paterson» de Jim Jarmuch

Hablamos sobre «PATERSON» la última de Jarmuch, y para comenzar, adelantar que esta es de las buenas, de las mejores de su irregular, pero casi siempre atractiva e identificable, filmografía. De hecho, «Paterson» debería figurar entre sus mejores pelis, junto, por ejemplo, a «Extraños en el paraíso», «Down by Law» y «Mystery Train». No es inferior a ninguna de ellas, sentenciamos, y listo. Nos da que va a crecer en nuestra mente y recuerdo conforme pasen los días; de hecho ya ha «mejorado» de ayer noche a esta mañana, y eso solo pasa con las pelis especiales, o muy diferentes o muy buenas. Probablemente, «PATERSON» reúna estas tres características, sí.

La poesía (y el amor, y la felicidad, y el sosiego, y la rica vida interior y el quererse/respetarse a uno mismo y a los demás) también, o quizá sobre todo, está en lo cotidiano, en lo pequeño, en un pueblo como otros tantos, en hacer de la rutina una feliz liturgia, en el interior de un bus en que la gente cuenta cosas extrañas o no, esperanzas, problemas y frustraciones; y en vidas insignificantes a ojos de los demás, en personas, felices o no, aparentemente casi ridículas pero con problemas y pulsiones interiores que nos interesan e inquietan.

Resurge Jim Jarmuch en plena forma, rescatando -y como nunca, a pesar de que ya está más cerca de ser un anciano que un joven-, el valor y el significado de lo que era el cine indie, esto es, parco en medios y sencillo de manufactura, nada forzado en el desarrollo de las tramas, pobladas por personajes encantadores, intensos y casi extraterrestres, raros de c..j…s, pero naturales y genuinos. Y un lenguaje narrativo directo y cero grandilocuente, y atrezzos escuetos pero currados y significativos. Un cine atento al detalle en cada plano, cuidadoso con la música y humano y sensual que pone en primer plano las relaciones personales y la comunicación entre la gente y con su entorno físico (cada rincón de la casa, las rutas del bus, el parque ante la cascada, el repetido camino al hogar, el rutinario paseo nocturno con el perro…). Y, no podía faltar, un sentido el humor sutil, compasivo, irónico y de pincel fino, muy fino (lo del perro es de traca, y otro tanto ocurre con las sempiternas quejas de su compañero de trabajo, o con las ocurrencias/aspiraciones/proyectos «artísticos» y culinarios de su novia); es ese humor cercano y cálido que te hace sonreir y sentirte feliz, así de sencillo y de grande.

«PATERSON» es una peli diferente y encantadora, con poco o nada de ritmo (lo que puede desagradar al 90% del público, las cosas son así) y un argumento casi inexistente (otro 90% a disgusto, sí) que se resume en tan pocas líneas que sin pretenderlo casi lo hemos contado ya, y que solo esconde un acontecimiento que, cómo no, está directamente relacionado con la actividad poética del personaje principal, un Adam Driver sublime a la hora de crear la identidad y sensibilidad y la forma de ver el mundo, las personas y la vida, de un individuo ciertamente particular pero con quien no pocos espectadores encontrarán afinidades. Pese a ser una peli de hoy mismo, apenas aparecen en la peli los móviles ni Internet y sus redes sociales, ni se ve una sola TV en la casa (sí una sala de cine en la que ven una peli cásica en blanco y negro), ni hay escenas que transcurran en un supermercado, y ninguno de los protagonistas fuma ni bebe. Hay vida sin televisión, sin Internet, sin móviles y sin esta obsesión por el consumo que marca el siglo, parece querernos decir un Jarmuch que, además de dirigirla, ha escrito el guión de esta pequeña joya humanista que es «Paterson».

Una película pequeña y minoritaria, al extremo de que habla de la poesía como acto creativo puro y como forma entregada de vida, que cuenta con minuciosidad y redundancia las rutinas sencillas de un poeta y de su adorable y muy respetada compañera; una vida plena, equilibrada y satisfactoria la de este joven poeta, imperturbable conductor de bus sin mayores pretensiones que amar y ser amado, comprender a los demás e intentar que respeten su peculiar forma de ser.

Y sobre todo, «Paterson» habla de una manera de sentir, de relacionarse con los demás y de observar e interactuar con su entorno, que convierte en un estilo de vida su forma de percibir/registrar el mundo como si de un poema se tratara.
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Pasemos a la music: uno de los discos llamados a ocupar los primeros puestos de nuestra lista de mejor del año 2.016 es, sin duda, el de KEVIN MORBY, de quien hemos hablado muchas veces aquí, sobre todo tras su inolvidable concierto en Bilbao, uno de los tres mejores de los que hemos visto esteaño. Junto a Kurt Vile y Courtney Barnett, el tejano rubio del pelo rizado es, para nosotros, lo mejor que ha pasado en el panorama internacional del rock de cantautor estos últimos años. Y, al igual que ocurre con Vile y Barnett, el directo de Morby es perfecto, incluso emociona más que su espléndida obra grabada.

«Singing saw», el disco de KEVIN MORBY, tiene dos de las canciones que más nos han gustado este año. Una de ellas es «Dorothy», y la otra, esta increíble «I Have Been To The Mountain», un alarde de imaginación sonora con trompetas tex-mex y coro femenino e incluso ciertos arreglos prog, que a buen seguro estaría entre las cinco primeras de ese podio que no haremos, y que en directo sonó de aquella manera, ufff, de gozada. Siempre nos han gustado tanto Bob Dylan, Leonard Cohen, Lou Reed y Neil Young que escuchar la music de su mejor discípulo no puede sino emocionarnos hasta un extremo casi insano.

Planes a cubierto que no te van a fallar

LUNES, MUY MAL TIEMPO, SE IMPONEN LOS PLANES A CUBIERTO. Te proponemos tres que no te van a fallar:

1) Para cualquier día de esta semana: ver la peli «Que Dios nos perdone», de Carlos Sorogoyen, que anteriormente dirigió la estimable y original «Stockolm».Thriller violento con asesino en serie, polis malencarados y lúcido reatrato de nuestra sociedad en crisis total en las calles y las zonas oscuras de Madrid hace aún pocos años. Discurrir tenso, seco, con pocas bromas y muy bien interpretado de un relato sencillo pero redondo, en planteamiento, desarrollo y desenlace, que confirma el gran momento del género en nuestro país, en la onda de las también magníficas «La tarde de la ira» (Raúl Arévalo, el hasta ahora solo actor) y «La isla mínima» (Alberto Rodríguez). Alicientes extra: a) la labor de los secundarios, impecables todo y cada uno de ellos; b) la inquietante y técnicamente perfecta banda sonora de nuestro amigo Olivier Arson, quien fuera miembro ocasional (teclas, electrónica…) de la banda getxotarra MCENROE.

2) También para cualquier día de esta semana: visitar la expo de pinturas paisajísticas de TXEMA DOMÍNGUEZ en La estación de Neguri. Últimos días.

3) UN CONCIERTO DE BLUES-ROCK-COUNTRY….Desde New Orleans, con su viejo sonido del blues del Delta, aderezado y renovado con gotas de esencia de R&B, folk-rock,gospel, incluso pop, llega a Bilbao (Antzoki) este miércoles 9 noviembre, LUKE WINSLOW KING. Un blues con mucho swing y más natural que la lluvia que te está mojando estos días. n sonido que remite tanto a los clubs de N. Orleans como a la calle de cualquer ciudad del sur de EEUU. Vine Luke a presentar su cuarto disco.

Marzo/2016: opiniones sobre películas de la cartelera

Domingo de preguntas con (nuestra, y siempre discutible) respuesta sobre dos pelis recomendables que comparten haber sido dirigidas por debutantes:

¿UNA PELI QUE HA RECIBIDO MUCHOS ELOGIOS -nominada al Oscar al mejor film de habla no inglesa, Goya a Mejor película europea- pero que, aun siendo de visionado agradable y sumando no pocos aciertos, DEFRAUDA desde el principio hasta el final?

Respuesta: «MUSTANG», coproducción Francia-Turquía-Alemania, dirigida por Deniz Gamze Ergüven. «En un pequeño pueblo, al norte de Turquía, cinco hermanas huérfanas de entre 12 y 16 años pasan el verano en un jardín paradisíaco de risas y juegos inocentes sobre las olas del Mar Negro con los chicos de la escuela. Sin embargo, la condición de la mujer en el país no tardará en provocar rumores de inmoralidad y escándalo de las jóvenes, así que sus familiares, a través de la abuela y el tío, deciden hacerse cargo del asunto; esto es, prepararlas y precipitarlas hacia su destino de futuras esposas»

Defrauda «Mustang» por sus descuidos en el guión, por una morosa lentitud en explicar lo banal y una excesiva precipitación en narrar lo esencial, el excesivo maniqueismo en personajes y situaciones, la falta de matices en casi todo el relato y, sobre todo, por la obsesión de primar la estética y la sensualidad frente a la coherencia con la dura y muy actual historia que se cuenta, y desde el indisimulado enfoque de denuncia social. También porque casi desde el principio se intuye todo lo que va a ocurrir en la pantalla. No nos emocionó, pese a que lo que cuenta es tremendo, porque no terminamos de creernos el relato, a pesar de que el drama es creíble a más no poder y está bien planteado, se sigue con interés, y de que los intérpretes hacen un buen trabajo, incluídas las cinco niñas, particularmente la más joven de ellas. Podía haber sido una gran peli porque tiene buenos mimbres, una pena.

¿UNA PELI DE APARIENCIA CONVENCIONAL, un thriller más, en realidad, MUY FÁCIL DE DISFRUTAR POR TODO EL MUNDO Y QUE ACABA DESLUMBRANDO Y DEJÁNDOTE UN GRAN RECUERDO Y MUCHAS REFLEXIONES INTERESANTES?

Respuesta: «EL REGALO», dirigida por el asimismo actor Joel Edgerton. «Las vidas de un joven matrimonio se verán totalmente alteradas después de que un conocido del pasado del marido comience a dejarles misteriosos regalos y se revele un horrible secreto tras veinte años».
Una peli pequeña, de cine indie que no lo parece porque respeta el canon clásico, con actores de tercera solo en lo relativo a la fama, que no a la su calidad de interpretación, porque están sublimes los tres principales e incluso algún secundario, de una factura tan doméstica que nos recuerda a las hechas exprofeso para ser emitidas solo por la tele, pero que sorprende con un guión perfecto en el que casa todo hasta el último detalle, cuyo interés va en ininterrumpido in crescendo hasta el final, que cada escena va te plantea nuevas preguntas de por dónde va a tirar una historia enriquecida con giros y vuelcos tan sorprendentes como coherentes (se agradece mucho, la coherencia) y quiénes son los buenos y los malos; rematado todo ello, por si fuera poco, con un cierre, un final original y deslumbrante, con fábula moral incluida.

(por favor, no leer a partir de aquí si se piensa ver la peli)

Además, «El golpe» cuenta una historia de envoltorio modesto pero con pura esencia dentro: el peso de la infancia en nuestra manera de ser como adultos, el cómo no cambiamos tanto y al final acabamos siendo lo que fuimos; un cuento moral basado en la implacable sentencia «Puedes olvidar y superar el pasado, pero el pasado no te olvida» . Y una subtrama (hay muchas, entre ellas, la del acoso escolar y su repercusión en la vida adulta de quienes lo sufrieron, o la corrupción a la que a veces conduce la ambición profesional, la convenciencia de la sinceridad en la relación de pareja…) que tiene mucho peso y está muy de actualidad: cómo una persona de éxito, amable, educada, trabajadora, cariñosa puede esconder a un sujeto despreciable, codicioso y abusón. Que desde niño, y aunque su adorable mujer (solo por contemplar la particular belleza de Rebecca Hall y disfrutar de su deslumbrante repertorio de gestos que lo dicen todo merece la pena ver «El regalo») tarde en darse cuenta y en convencerse de ello, siempre fue así, desde muy pequeñito: un auténtico pieza, un cabrón sin escrúpulos que por medrar y dejar de ser un pringado es capaz de casi cualquier cosa.

Venga, feliz domingo, que hay que ver el partido de Liga del Athletic, que hoy juega al mediodía. Lo vemos complicado, pero sería maraviloso ganar al Espanyol en su casa; nos haría sumar unos puntos que mantendrían la ilusion de la Champions y, también que falta hace, olvidar el horror de partido con final feliz que jugaron frente al Valencia el pasado jueves en ela Europa Liga.
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Os dejamos con «Part One – Hey, No Pressure», una de las canciones que más nos están gustando de «Ouroboros» nuevo disco de RAY LAMONTAGNE, muy marcado por una produccion compleja que en cierto punto remite a la psicodelia y por un espíritu como más rock de lo habitual en Lamontagne; de momento, nos está encantando, eso sí.

Cine, bendito cine

CINE, BENDITO CINE. En España sufrimos la incompetencia, el egoìsmo, la vanidad y la carencia de liderazgo de nuestros políticos para asumir la compleja realidad surgida tras las elecciones; en Davos, los expertos reconocen estos días que no tienen soluciones para la nueva crisis económica planetaria que todos ven llegar y nadie sabe cómo combatir; en Latinoamérica se lamentan de la llegada de un nuevo virus de fatales consecuencias y nombre de baile, el zika…, el miedo campa libre y sin trabas por todo el mundo y el ingenio humano se retrae impotente anta tanta adversidad…, todo son malas noticias, pero aún nos queda algún que otro refugio. Como el CINE, EL BENDITO CINE, QUE ESTAS DOS ÚLTIMAS SEMANAS NOS ESTÁ REGALANDO GRANDES PELÍCULAS, CADA UNA A SU MANERA.

Hemos disfrutado en una sola semana de cuatro films de notable para arriba, que os recomendamos absolutamente.

EL HIJO DE SAÚL. «En el año 1944, durante el horror del campo de concentración de Auschwitz, un prisionero judío húngaro llamado Saul, miembro de los ‘Sonderkommando’ -encargados de quemar los cadáveres de los prisioneros gaseados nada más llegar al campo y limpiar las cámaras de gas-, encuentra cierta supervivencia moral tratando de salvar de los hornos crematorios el cuerpo de un niño que toma como su hijo». Dirigida por el debutante László Nemes, joven húngaro que deslumbra por la mirada, narrativa y escénica, con que aborda un tema tan trillado como inevitablemente dramático y doloroso.

«LOS ODIOSOS OCHO». La nueva de Tarantino, tres horas de tensión, diálogos chispeantes y situaciones extremas, además de la violencia sanguinaria e irracional marca del autor. «Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza a toda velocidad por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña. Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos. Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red Rock después de todo…»

LA GRAN APUESTA. Dirigida por Adam McKay con gran originalidad en la manera de contar la historia, analiza despiadadamente, con ánimo divulgativo (detalle a agradecer) y desarmante lucidez, relativo cinismo y ácido sentido del humor, la crisis de 2.008 y el fraude de la comercialización codiciosa y sin escrúpulos de las hipotecas que conocimos como subprime. «Cuando cuatro tipos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: «La Gran Apuesta»… pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna, donde deben poner en duda todo y a todos… Adaptación del libro “La gran apuesta” de Michael Lewis, que reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario norteamericano que originó la crisis económica mundial en 2008.»

Y la que hemos visto hace solo un par de horas, LA JUVENTUD, dirigida por uno de los autores más destacados de la nueva generacion de cineastas europeos, Paolo Sorrentino, del que aún recordamos sus obras maestras «La gran Belleza» y «Il divo». Con una banda sonora estelar y elegante en la que aparecen canciones de nuestro adorado Mark Kozelek – incluso sale el propio músico en persona en una melancólica escena-, y una de nuestro no menos querido Bill Callahan, nos habla, ofreciendo imágenes de desbordante creatividad visual y colapsante, enmudecedora belleza, de la decadencia física y emocional que conlleva la senectud, del papel del arte y de la vocación en la configuración de la vida, de la importancia ineludible de los sentimientos, de la autoestima, de la necesaria búsqueda de la verdad, de la sensualidad como motor de acciones y pasividades, de la mirada crítica y sin indulgencia al pasado, de lo que cambia nuestra vida la inminencia de la muerte, del miedo al fracaso en la toma de decisiones, de cómo afrontar la última etapa de tu vida cuando has tenido éxito profesional (director de orquesta, de cine, deportista, en esta peli) y apenas eres ya tenido en cuenta por nadie salvo los irreductibles fans, lo complejo y engañoso de las relaciones paternofiliales y de pareja…. «Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del príncipe Felipe»

Pues eso, que os sugerimos que aprovechéis esta cascada maravillosa de grandes e inspiradoras películas que proporcionan tanto deleite como certezas dudosas y preguntas casi sin respuesta (hay más pelis fenomenales, ya en cartelera, que están esperando, como «Mia madre» del gran Nani Moretti) para disfrutar de un arte que quizá sea el séptimo por imperativo cronológico pero, por momentos, nos parece que debiera alcanzar los honores de ser el primero, quizá por antojársenos el más completo de todos ellos.

Os dejamos con la canción clave de «La juventud», que cierra esta fantástica película, con varios actores en aúténtico estado de gracia; sobre todos ellos, el inconmensurable Michael Caine; aunque nos haya encantado también el joven Paul Dano en su sutil papel de actor de prometedora carrera, bastante presumido él pero frustrado por ser conocido a nivel popular por su papel en una peli normalita en que hacía de robot ¡y no se le veía la cara!

Alcanzamos un número mágico en nuestro muro: 7.777 seguidores de facebook.

QUE OS VAYA BIEN EN REYES. Nosotros ya nos consideramos regalados con la atención que nos prestáis. Hoy hemos alcanzado un número mágico de SEGUIDORES DE ESTE MURO de Facebook de La Estación de Neguri: 7.777.

Increíble, pero cierto. No estamos a la altura de tanta atención, pero intentamos disimularlo cada día. Hoy, por ejemplo, el cuerpo nos pide HABLAR DE POLÍTICA, o prometer que nunca más vamos a interesarnos por lo que hacen y dicen estos personajillos que de manera tan invasiva se introducen en nuestras vidas. Si no fuera por lo trascendental que para nuestra cotidianeidad resulta lo que deciden los ignoraríamos por completo; tan egoístas, mediocres, incapaces, rencorosos, egocéntricos, mentirosos y decepcionantes, cuando no burdamente corruptos y mayúsculamente horteras, son. Los unos y los otros, los tradicionales y los de nueva savia, los conservadores y los antisistema, los que sueñan con nuevas fronteras y los que no duermen pensando en que las actuales podrían ser cambiadas.Todos decepcionan, aburren y cansan, todos piensan más que en otra cosa en sus propios intereses de grupo, de empresa (de partido, queremos decir) y personales, y nadie en el bien común, en el gobierno recto, eficaz, eficiente y ético de lo que es de la gente, de todos nosotros.

Pero ni una cosa ni la otra, quizá sea mañana cuando hablemos del Gobierno.

Hoy nos conformamos con felicitarnos de que la afluencia a las SALAS DE CINE no pare de aumentar estos últimos meses (ayer a las ocho, en los Golem de la Alhóndiga, todas las localidades se agotaron, de todas las pelis; por cierto, vimos Stars Wars, la nueva, en primera fila; tampoco fue un aburrirse pero no nos afectó, no nos llegó y eso que pusimos interés), lo que probablemente no sea más que una muestra de confianza de la gente en la tan necesaria recuperación económica. Ojalá sea así, porque nuestra vida sin ir al cine sería más pequeña, más corta. Y porque hay demasiada gente en paro, y porque la pobreza es una putada que casi nadie merece.

Nada, que os regalen mañana cosas hermosas o útiles, según prefiráis, y, sobre todo, que os emitan por todas partes toneladas de aprecio, que os hagan sentir, mañana y en lo que resta de vida, importantes y amados.

Os dejamos con una canción maravillosa de SONGS:OHIA, la primera y enorme banda de nuestro añorado JASON MOLINA.

Qué frío, qué cine y qué música

Un lunes horrible en lo meteorológico (por Dios, seis grados y lluvia sin descanso, vaya entrada en la primavera). Qué hacer, resignación, buena music, compañías que merezcan la pena y alimentos que nos congracien con la vida, como los que te ofrecemos en La Estación de Neguri.
También hay otra nutrición que nos afecta mucho. Las noticias en lo económico-social y político (en esto apenas hay nada a reseñar en clave positiva: en Andalucía el statu quo sigue cual estaba; más vale lo malo conocido…), la actualidad deportiva (el Athletic ha levantado vuelo y eso nos da alas, somos así) y lo que da de sí el mundillo cultural y del ocio. En esto último apartado es más sencillo rescatar novedades esperanzadoras o, cuando menos, agradables.

Vayamos con dos:
1) la nueva peli de Paul Thomas Anderson, «PURO VICIO», uno de nuestros directores favoritos de los últimos años, que vuelve a demostrarnos que la desmesura, la irregularidad, la originalidad a ultranza y la excentricidad pueden definir a un gran autor. Pese a sus importantes carencias (lío argumental, arritmias en la tensión, excesiva dependencia de la espectacularidad y el extremismo en la puesta en escena y en la resolución de las secuencias, concesiones clamorosas a lo convencional a pesar del ropaje vanguardista del dispositivo narrativo …), un disfrute de peli que dura más de dos horas y que seguirías viendo indefinidamente, tal es el caudal de sorpresas, humor desopilante, personajes hiperatractivos, mujeres bellísimas y desconcertantes…) que Thomas Anderson nos va ofreciendo conforme discurre el metraje.
Anécdota: una de las bellas -y eficientes en sus respectivos papeles- actrices que componen el reparto de «Puro vicio» es la estadounidense Joanna Newsom, adorable cantautora de vanguardia -y deliciosa arpista- responsable de discos encantadores, extraños y misteriosos, entre lo naif-ingenuo-infantil y lo mágico/pastoril, con su inconfundible modo de cantar al «estilo Apalaches», que la convirtieron en ídolo del indie-folk de tendencia minimalista y envolvente hace aprox. diez años. Pudimos verla cantar y tocar en esa época en uno de sus contadísimos conciertos en España: hasta Madrid nos fuimos expresamente, en acertadísima decisión: conciertazo en una sala a rebosar. Lleva sin publicar discos la Newsom demasiados años (5 hacen ya de su última grabación) y, aunque su incursión en el cine nos ha parecido más que digna, de momento, su talento más demostrable (tres espléndidos discos; y de ellos uno, el doble «Ys», en medio de su carrera, de matrícula de honor) es el musical. Porque en la music es una auténtica diosa. Estupendo detalle melómano de PTA el de incluir a JN en el reparto; al igual que la sabrosa y muy de la época bso de la peli, en la que sobresalen dos magníficas canciones de Neil Young.

2) El nuevo disco de COURTNEY BARNETT, la cantautora australiana que toma con inusitada solvencia el relevo de tres de las más grandes mujeres de la música popular que más nos gusta: Patti Smith, Lucinda Williams y Pj Harvey.
«Sometimes I Sit and Think, And Sometimes I Just Sit», lo nuevo de COURTNEY BARNETT no hace sino confirmar lo que en este muro ya comentamos, entusiastas, tras disfrutar de su anterior disco: estamos ante una de las grandes voces del momento, que transmite en sus canciones, sentimiento personalidad, fuerza, y poesía, además de un dominio exquisito de esa peculiar alquimia capaz de ensamblar lo mejor del folk-rock rebelde y poderoso con el neo-country e incluso el pop.

Escuchemos «Pedestrian At Best», una de las mejores piezas del nuevo disco de la gran COURTNEY BARNETT. Y no lo decimos solo nosotros: 8,6 puntos le dan al álbum en Pitchfork y 4,5 estrellas sobre 5 Allmusic. Por algo será.

PELÍCULAS en cartelera muy recomendables

De las últimas nos quedamos con la imprescindible «LA SAL DE LA TIERRA», del enorme Wim Wenders, con la colaboración de Juliano Ribeiro Salgado, que versa sobre la vida y obra del padre de este último, el mundialmente reconocido fotógrafo Sebastiao Salgado; aunque se trate de un documental, nada hay que temer: rebosa interés, ritmo y, sobre todo, emoción, estética y también de la otra, la sobrecogedora, la que versa sobre dramas humanos. Darse prisita, que quizá este mismo finde la retiran de la cartelera (solo en Bilbao, sí).

Y otra peli que os sugerimos es «INTERSTELLAR», dirigida por Jonathan Nolan («Memento», «Batman», «El prestigio», «El caballero oscuro», «Origen»), y escrita por él mismo y su hermano Christopher. A pesar de ser una relativamente típica peli de ciencia ficción (hay muchos elementos bien originales y sugerentes en el guión, agradecidos quedamos) cuenta una trascendental (el ser humano ha de buscar su futuro fuera de la galaxia, pues, tras destrozarlo, en el planeta las opciones de supervivencia para nuestra especie son cada vez menores) y bien narrada historia, con un elenco de actores de primera fila que sin hacer la interpretación de su vida defienden con holgura sus papeles. Visualmente espectacular y atractiva, plantea interrogantes éticos y medioambientales, nos cansan tantos y tan prolijos datos técnicos que aportan verosimilitud pero también complejidad al seguimiento por el espectador y resulta enrevesadilla pero sin abusar, pero sorprende por momentos con buenas argucias y escenas impactantes, y, además, el cierre del film está muy logrado. Dos pelis más que buenas, en nuestra opinión. Y que, como ocurre con todas, hay que ver en el cine para disfrutarlas en su plenitud.

Venga, os dejamos por hoy, no sin deciros que la expo de JUANA URREJOLA está gustando muchísimo, con su bellísimo cubismo expresionista; no deberías perdértela. Ah, y contarte que para combatir el frío mañanero y nocturno, nada mejor que el CALDO CASERO que ofrecemos desde la semana pasada. Y para responder con propiedad y tino a las exigencias del apetito, está triunfando nuestra PIZZA CON PAN DE CRISTAL, sobre todo la versión de Bolognesa con queso fundidos.

La despedida musical de hoy, una curiosidad. De nuestro adorado SUFJAN STEVENS (seguramente, uno de los dos o tres jóvenes músicos en plan folk-pop-rock más talentosos del planeta; lo malo es que lleva varios años sin grabar un disco como es debido), una canción que no es suya, sino de un artista estadounidense (violonchelista, guitarrista, compositor, productor y cantante) poco o nada comercial y con tendencia a lo experimental y prematuramente fallecido en 1992 víctima del sida, ARTHUR RUSSELL, en cuyo homenaje la organización solidaria anti-sida Red Hot ha publicado un espléndido disco doble, con participantes de la talla de José González, el propio Sufjan Stevens, Devendra Banhart Phosphorescent, Sam Amidom, Hot Chip o Blood Orange.

Lo dicho, SUFJAN STEVENS al aparato, haciendo «A little lost» un temazo que sin ser suyo, lo parece, de bueno que es.

Interesantes películas en la cartelera

La mejor del año en curso, sin duda alguna. Desde ya, con letras de oro en la historia del cine, se estudiará en las facultades del séptimo arte: «BOYHOOD (Momentos de una vida)», escrita y dirigida por Richard Linklater. Ganará cualquier festival al que se presente y, muchos Oscar (mejor guión, dirección y montaje, casi obligatorios), a nada que se haga un poco de justicia. Casi tres horas de disfrute viendo cómo evoluciona en un plazo de tiempo real- 12 años- la vida de una familia norteamericana de hoy, en una peli entretenida, enjundiosa y realista pero a la vez, cautivadora por sus personajes y por las cosas que les ocurren, y que se mueve entre lo documental y la ficción con una maestría sublime.

«LA ISLA MÍNIMA». Una de las más emocionantes y sobrecogedoras pelis españolas que jamás hayamos visto (le da mil y una vueltas a «El niño», por ejemplo; de los truños de Torrente ni hablamos, faltaba más) con una banda sonora subyugante que añade tensión y suspense a una narración impecable aderezada por unas imágenes paisajísticas de belleza insólita y muy poética, unas secuencias de acción prodigiosas y unos actores, y no solo los principales, que bordan sus papeles. A pesar de sus molestas imperfecciones de guión (destaquemos lo inverosímil del comportamiento de los criminales, y lo innecesario de varias tramas menores que solo despistan al espectador), Alberto Rodríguez (somos fans, lo reconocemos) confirma que es uno de los dos o tres mejores directores de nuestro país. «Grupo 7» y «Siete vírgenes» ya avisaban de que detrás de estas pelis había un artista con mundo interior y muchos fundamentos narrativos y técnicos, que sabe contar sus historias, no forzosamente muy originales pero siempre con personajes de verdad, con costras y desengaños que les ha dejado el paso de la vida, complejos e intensos y descritos con profundidad y ricos matices; relatos presentados con un despliegue visual de primera, con poderío y sin banalidad, sin concesiones a la galería ni vacuos esteticismos, con un dramatismo sociológico que retrata perfectamente lo peor (sobre todo) y (algo de) lo mejor de nuestro país, sin gratuidades ni florituras; y, muy importante, atrapando al espectador desde el minuto uno y no soltándolo no solo hasta el final del metraje, sino incluso hasta varios días después, tal es la fuerza de sus pelis y la impresión, el poso que nos dejan. Imprescindible. Grande, muy grande, este sevillano que con sus 43 años tiene toda la vida por delante para crear artefactos visuales tan poderosos como esta «La isla mínima».

«LA ENTREGA». Más reconocida por ser la última peli que dio tiempo a interpretar al gran James Gandolfini, icono de la serie «Los Soprano», que por sus muchos méritos cinematográficos, estamos ante un thriller escrito por Dennis Lehane (autor de las novelas «Mystic river», llevada al cine por Clint Eastwood y «Shutter Island», por Scorsese) y muy bien contado (extraordinarias secuencias en el bar y en las oscuras y sucias calles de cualquier lugar del Brooklyn menos cool) por el director, Michael R. Roskam, e interpretado con primor por el propio Gandolfini y, muy particularmente, por un portentoso Tom Hardy del que desconocíamos semejante talento, y es que es una de las interpretaciones que más nos ha convencido de todo este año de cine. Una peli de menos de horas que se te pasa en un minuto y que asombra y deja un inmejorable sabor de boca final con un desenlace no solo sorprendente sino fastuoso, redondo. Cine de primera, basado en un guión que se acerca a la perfección, que debería gustar a todo el mundo, sobre todo a quienes amamos la novela negra y esos ambientes turbios de los pequeños ecosistemas urbanos en los que las personas toman sus decisiones y se mueven cotidianamente más como reacción a los muchos y dramáticos sucesos que les van aconteciendo que como pasos lógicos y medidos que obedecen a planes u objetivos preestablecidos. Apasionante.

Bueno, pues las sugerencias de discos habrá que dejarlas para mañana, que ya está bien por hoy. Recordaros que no dejéis de ver NUESTRA NUEVA EXPOSICIÓN DE PINTURA, óleos de MARIA EUGENIA RODRIGUEZ, «Geny», y desearos un felicísimo finde.

Os dejamos con la música (una de las canciones de su recién publicado disco «Too Bright») del norteamericano (es de Seattle) PERFUME GENIUS, uno de nuestros artistas jóvenes favoritos. Lo vimos en directo hace pocos años en Barcelona, y tiene una voz que te llega al alma.

Comentarios sobre dos películas

Las Arenas, 28 de Abril de 2014

Tenemos varias PELICULAS MUY INTERESANTES QUE VER EN LA CARTELERA, ahora que podemos hablar de cine sin referirnos a la de los Ocho apellidos vascos, de la que todo el mundo habla y que se ha convertido en una peli de visión casi obligatoria a nada que se quiera hacer un poco de vida social. Todo el mundo la ha visto, todos la comentamos. Vale, pero ya, ¿no?

LA VIDA INESPERADA
Dedicamos el sábado a una peli española, escrita por Elvira Lindo y dirigida por José Torregrosa. Se titula «LA VIDA INESPERADA» y hace honor a su título, pero no a lo que significa sino a lo rápido que se olvida un título con tan poco gancho y tan inelocuente. Es agradable, tiene numerosos aciertos, pero no es cine grande, parece que vocacionalmente juega a peli pequeña, de esas que cuentan modestos problemas y proyectos personales o profesionales, que abordan no demasiado dramáticas frustraciones familiares…, en fin, una medianía pero no exenta de encanto y sensibilidad con algunos personajes (la madre de Javier Cámara), ideas (las conversaciones vía Skype del hijo en Nueva York y la madre en Logroño) y situaciones interesantes (dos primos no muy allegados que no saben si se detestan o se aprecian, y cuyos recuerdos de la poca infancia que compartieron difieren mucho) que apuesta por no transgredir la línea de confort de un sábado tarde. Y lo logra a satisfacción.
En el debe de «LA VIDA INESPERADA», las excesivas referencias a las pelis neoyorkinas de Woody Allen (la banda sonora, por ejemplo, es clavadita a las de sus filmes) y al modo en que e genio fotografía «su» Manhattan; la inexpresiva, poco convencida (y nada convincente) interpretación de ese buen actor que es Javier Arévalo, al que incomprensiblemente el director (¿no se hizo trabajo de montaje, oiga?) regala una y otra vez primeros planos que no añaden nada a la peli, más bien despistan al espectador, y la flojera dramática (no hay acontecimientos fuertes, todo es suavecito, y ocurre como poco a poco), la falta de punch, de intensidad, de fuerza, de lo narrado.
A cambio, la peli se deja ver sin problema, los personajes están más o menos bien diseñados y te los crees; se sigue con interés la -eso sí, mil veces vista- peripecia de los dos personajes principales y de los tres o cuatro secundarios, todos ellos a buen nivel, porque el guión está escrito con cariño también para ellos.
A pesar de su previsibilidad absoluta (la costurera «amelie» que regresa, el primo que vuelve a casa porque no se atreve a dar el gran paso de quedarse en NY con una mujer a la que de verdad parece querer…), el interés se sostiene, sin alardes pero sin decaer demasiado, hasta el mismo final. El ritmo de la peli, salvo algunos desfallecimientos y momentos de morsidad excesiva que deberían haberse evitado (con lo bien que están las secuencias en la tienda delicatessen y su simbología con la infancia de Cámara, qué flojas y poco relevantes son las del bar) no decae, al introducirse hitos que, unas veces por estética (escena estupenda de paella en la terraza, con sabrosas conversaciones) y otras por contenido narrativo (el exlibrero argentino y ahora tendero fino le convencea Cámara de que el tiempo de soñar con ser actor quizá ha pasado ya y toca cambiar de profesión, y no decimos más) aportan imputs de atractivo al desarrollo del cuento. Comedia dramática generacional, plagada de melancolía y buen gusto (aun siendo muy convencional, y enmarcable dentro de la estética de lo alternativo pero sin pasarse), políticamente ultracorrecta -sección progresía bien instalada en el mundo, muy dada a las añoranzas del pueblo y tal pascual, pero visto desde el semilujoso apartamento urbano soleado-, «LA VIDA INESPERADA» es una peli que no decepciona (todos conocemos a Elvira Lindo y sabemos qué podemos esperar de su universo creativo, y de José Torregrosa sabemos que hizo una ambiciosa- y demasiado confusa- primera peli, «Fin», que vimos hace no tanto en el Plus, pero aún está comenzando su carrera y en esta se habrá dejado llevar, no se ven huellas de autoría), pero difícilmente entusiasmará a nadie que vaya al cine a algo más que pasar el rato.

EL PASADO
En realidad, queríamos comentar una peli buena de verdad,»EL PASADO», que vimos ayer en los Golem Alhóndiga bilbainos aunque la han tenido unos días en los cines del Puerto Deportivo de Getxo (en horario solo de noche; además, la han quitado a todo correr, igual que hicieron con otra peli estupenda, «Ida»). «El pasado» es una más que notable peli escrita y dirigida por el iraní Asghar Farhadi, quien nos dejara encantados en 2011 con «Nader y Simin, una separación» una de las mejores películas de los últimos años. Pues bien, «EL PASADO» es un melodrama familiar sobria y contenidamente interpretado por un elenco perfecto en el que destacan Berenice Bejo (la deliciosa prota de «The artist») al dar rostro y sentimiento a un personaje complejo y con sus zonas oscuras (¿puede ser egoísta e insensible una madre con su hija?) y Tahar Rahim, al que siempre recordaremos por su increíble «Un profeta», pero lo hacen dejando espacio al lucimiento del semidesconocido Babak Karimi y de dos niños y una adolescente que lo bordan cada vez que aparecen en escena.

El_pasadoQuizá el mayor acierto de la peli sea el propio cuento, edificado con mimo, materiales de primera, gran precisión constructiva y, sobre todo, impecablemente mostrado, con paciencia, delectación con los detalles éticos (¿cuánto de riguroso debe ser un padre para corregir -además, en público- una conducta inadecuada de su hijo, aunque esta no haya sido demasiado reprobable?) y estéticos (la casa con jardín está fotografiada, hasta en su más minúsculo rincón, con exquitez e, importante, con mucho sentido dramático), contándonos las cositas poquito a poco, acertando con los momentos en que se introducen los elementos, las nuevas informaciones que irán enriqueciendo -incluidos dos o tres muy logrados golpes de efecto- el interés por lo que ocurre y mantendrán en vilo al espectador a lo largo de toda la narración, hasta su portentoso final, hasta la última escena.
Los exteriores e interiores muy bien iluminados, algunos encuadres misteriosos y atinados que añaden tensión y emoción, los pocos pero bien definidos personajes, la naturalidad, crudeza y fuerza huracanada de diálogos/discusiones y miradas, la casi ausencia de música y la sabia -y coherente con lo expuesto- puesta en escena, junto a un desarrollo del guión que se nos antojó modélico, con ese suspense y tensión tan bien dosificados y sostenidos, van generando en nosotros una satisfacción que desborda con unos soberbios últimos quince minutos de cine grande y emocionante, sin imposturas ni gracejos oportunistas, que parece proponer que revisemos con honestidad, energía y sinceridad las partes más oscuras, incluso inconfesables de nuestro pasado, si nos impiden avanzar y permitir una comunicación y una relación fluida con quienes nos rodean.

Esa cierta convencionalidad, esa factura tan europea y tan, cómo decirlo, comercial y poco o nada sorprendente/innovadora, que a su vez la convierte en paladeable por casi todo el mundo, es quizá lo que hace que «El pasado» no nos parezca tan 100% recomendable e imprescindible como «Nader y Simin, una separación», pero ello no obsta para que pensemos que «El pasado» es una de las pelis más interesantes de lo que va de año y que, sí o sí, hay que verla.
Dura más de dos horas que se pasan como un suspiro por mucho que el Athletic haya comenzado ya su partido clave del año, si bien creemos que un tijeretazo de 20 minutos habría mejorado el conjunto. En ambas pelis, curioso, el tema va de separaciones y de problemas relacionados con los hijos.