Lo venimos diciendo toda la semana: es un privilegio que no podemos desaprovechar ver el mismo día a un artista tan consolidado y exquisito como IRON AND WINE, desde hace más de diez años uno de los reyes del folk-pop americano y superdifícil de ver en concierto en Europa; a una de las estrellas emergentes del pop-rock más personal y atemporal asentado en la música de raíz en EEUU como MATTHEW E. WHITE; a la ultimísima revelación del pop de autor con referencias jazz, soul y maestro del recitativo como el británico BENJAMIN CLEMENTINE, portento de personalidad y voz poderosa e inquietante; y a la rusoamericana ZOLA JESUS, magnética mujer paradigma del pop electrónico con cabeza y sentimiento que está evolucionando de unas coordenadas más arriesgadas y originales en sus primeros discos a parámetros que coquetean con una comercialidad bien entendida en su última obra, “Taiga”, publicada el año pasado.
Centrémonos en dos de los cinco o seis conciertos que veremos hoy:
IRON AND WINE, el folk-pop estadounidense más genuino, ese que dio en llamarse de “baja fidelidad” por lo espartano (por no decir pobre) de su producción y lo rugoso de su sonido. Lo reconocemos: adoramos a este cantautor -que vive Miami, donde daba antaño clases de cine- desde hace muchos años y lo poco que se le ha visto por aquí acrecienta su mito: casi nadie puede presumir en España de haberlo visto en concierto (nosotros, sí tuvimos esa suerte, hace ya casi una década en S. Sebastián). Una voz deliciosa, un buen toque de guitarra y unas canciones que te derriten por su belleza, encanto y naturalidad, sin empalago alguno. Es decir, como Damien Rice, pero en crudo, sin apenas cocina y sin más miel que la justa. Viene el bueno de Sam Bean, que ese es su nombre en la vida real, en solitario y sin disco nuevo que presentar (en realidad, acaba de publicar un disco de versiones –dos o tres canciones chulas, pero en general decepciona tratándose de él- junto a Ben Bridwell, de los aclamados Band of Horses), lo que nos hace presumir que en este concierto caerán sus más hermosas canciones, las que ha ido ofreciendo en sus seis discos en solitario, todos ellos más buenos y varios de sobresaliente, además de bien distintos entre sí, no en vano es un artista con inquietud por la evolución de su sonido, no se queda en el folk campestre, qué va. En otras palabras, uno de los referentes mundiales de la música pop nacida del folk/country/blues y rock americanos. Hemos estado curioseando, en plan fan total, por la Red y encontrado el set list del concierto que dio Iron and Wine el pasado 27 de setiembre en Cincinnatti (Ohio, EEUU). Y vemos, en el repertorio de 14 canciones (un poco corto, mecachis…) temas maravillosos como “Woman King”, “Boy With a Coin”, “Tree by the River”, “Me and Lazarus”, “Caught in the Briars” y una clara disposición a tocar canciones de muchos discos y a no hacer ninguna del último, cosa lógica si tenemos en cuenta que ninguna es suya. Echamos en falta alguna de sus dos fantásticos primeros discos, quizá los que más nos han gustado de toda su carrera. A ver si en el BIME incorpora una de estas cimas del pop/folk más natural y auténtico, y nos referimos, por ejemplo, a “Lion’s Mane” y “Southern Anthem” de su primer disco, The Creek Drank the Cradle (2002) y a
“Naked as We Came”, “Cinder and Smoke” y “Free Until They Cut Me Down”
de “Our Endless Numbered Days” (2004), uno de los discos más hermosos que hayamos escuchado jamás y que nos hemos hartado de pinchar en La Estación de Neguri, particularmente esta última semana.
BENJAMIN CLEMENTINE. Un puntazo que hayan traído a uno de los artistas del momento en todo el planeta y es que más “cool”, imposible que este recién aparecido cantautor -a su peculiar manera- británico. Neosoul, clásica, crooner pop con querencias jazz y folk, recitativo con clase y tensión… son las coordenadas en las que se mueve este joven pianista de origen ghanés, corajudo y sensible cantante, que podríamos situar entre Antony y Leonard Cohen, o –han llegado a escribir- entre Nina Simone y Leo Ferré. Su primer y hasta el momento único disco, “At Least For Now”, tiene tres o cuatro cancionacas que te ponen a temblar de emoción, o sea que en directo puede ser tremendo. Además, las referencias que nos llegan de sus conciertos son buenas.
Va, nos vemos esta noche en el BIME. Nosotros pensamos llegar a eso de las siete y media, para ir viendo el panorama, tomando algo y preparando la primera gran cita del día, la de BENJAMIN CLEMENTINE, a las nueve y veinte. ¿Qué por qué lo decimos? Por esto: (es el video de su participación en el mítico programa de Jools Holland en la BBC). ¿Te lo vas a perder?