LLEGÓ EL VIERNES. CONCIERTO EN LA ESTACIÓN DE NEGURI, COMIENZA A LAS OCHO DE LA TARDE. Quedan solo unas horas para que comience la Fiesta-Concierto con la que celebramos conti que nos hemos pasado a LA SALVE, la cerveza más sabrosa, más emergente y más de aquí, con la que nuestro local siente una afinidad especial. Hay otra manera de hacer hostelería, podríamos resumir. Y es que somos peculiares, LA SALVE y nosotros. Damos vidilla -y no por pose, sino porque lo llevamos dentro- al arte y la cultura local, amamos y promovemos la música en vivo, utilizamos intensamente las redes sociales para comunciarnos con nuestros amigos y clientes, nos gusta crear un espacio de ocio diferente, un ambiente agradable con sus propias señas de identidad y, por supuesto, ofrecer un servicio de calidad en el que el cliente/amigo (y, sobre todo, persona con sentimientos y expectativas), es lo principal, el eje sobre el que gira y se construye todo.
Afortunadamente -si no, de qué íbamos a estar aquí hoy hablando- tanto LA SALVE como LA ESTACIÓN DE NEGURI tienen su público. Y hemos encontrado (muchos) puntos de convergencia en nuestros respectivos proyectos.
El resultado está a la vista: nuestra cervezas de caña es, desde ayer, LA SALVE, y ya hemos podido constatar que el cambio ha sido recibido con entusiasmo. «Tiene más sabor», «La espuma es más cremosa y dura más tiempo en el vaso», «El color, más oscurito de lo habitual en una cerveza rubia y relativamente suave, es precioso» han sido los comentarios más recurrentes.
Y ese compromiso, esa militancia que tanto LA ESTACIÓN DE NEGURI como LA SALVE tienen con la MÚSICA, y particularmente con la música EN VIVO, y más matizado aún, con la escena musical local, nos ha conducido a celebrar la unión de LA ESTACIÓN DE NEGURI con LA SALVE de la manera más coherente imaginable, con un doble concierto en acústico.
Os dejamos con «Close the Door on Love» una de nuestras muchas canciones favoritas del maravilloso nuevo disco de LUCINDA WILLIAMS (lo acaba de puiblicar hace unos días, se titula «The Ghosts of Highway 20»), nuestra cantautora rock preferida del mundo mundial.
Por cierto, por si no lo hemos explicado suficientemente, repetimos: si pierdes la noción del tiempo cuando escuchas a las grandes divas del folk americano y el country (esto es, Joni Mitchell, Emmylou Harris, Lucinda Williams, Linda Ronstadt, Patty Griffin …) , has de venir a la presentación de MARGO CILKER en La Estación de Neguri.
Si no, te lo contarán y te va a fastidiar un rato. Margo Cilker tiene una voz alucinante, rica en registros y pletórica de belleza, créenos. Y canta por Lucinda Williams (al menos, hará tres o cuatro versiones de canciones de Lucinda) que te deja estremecido, casi temblando.
CINE, BENDITO CINE. En España sufrimos la incompetencia, el egoìsmo, la vanidad y la carencia de liderazgo de nuestros políticos para asumir la compleja realidad surgida tras las elecciones; en Davos, los expertos reconocen estos días que no tienen soluciones para la nueva crisis económica planetaria que todos ven llegar y nadie sabe cómo combatir; en Latinoamérica se lamentan de la llegada de un nuevo virus de fatales consecuencias y nombre de baile, el zika…, el miedo campa libre y sin trabas por todo el mundo y el ingenio humano se retrae impotente anta tanta adversidad…, todo son malas noticias, pero aún nos queda algún que otro refugio. Como el CINE, EL BENDITO CINE, QUE ESTAS DOS ÚLTIMAS SEMANAS NOS ESTÁ REGALANDO GRANDES PELÍCULAS, CADA UNA A SU MANERA.
Hemos disfrutado en una sola semana de cuatro films de notable para arriba, que os recomendamos absolutamente.
EL HIJO DE SAÚL. «En el año 1944, durante el horror del campo de concentración de Auschwitz, un prisionero judío húngaro llamado Saul, miembro de los ‘Sonderkommando’ -encargados de quemar los cadáveres de los prisioneros gaseados nada más llegar al campo y limpiar las cámaras de gas-, encuentra cierta supervivencia moral tratando de salvar de los hornos crematorios el cuerpo de un niño que toma como su hijo». Dirigida por el debutante László Nemes, joven húngaro que deslumbra por la mirada, narrativa y escénica, con que aborda un tema tan trillado como inevitablemente dramático y doloroso.
«LOS ODIOSOS OCHO». La nueva de Tarantino, tres horas de tensión, diálogos chispeantes y situaciones extremas, además de la violencia sanguinaria e irracional marca del autor. «Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza a toda velocidad por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña. Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos. Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red Rock después de todo…»
LA GRAN APUESTA. Dirigida por Adam McKay con gran originalidad en la manera de contar la historia, analiza despiadadamente, con ánimo divulgativo (detalle a agradecer) y desarmante lucidez, relativo cinismo y ácido sentido del humor, la crisis de 2.008 y el fraude de la comercialización codiciosa y sin escrúpulos de las hipotecas que conocimos como subprime. «Cuando cuatro tipos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: «La Gran Apuesta»… pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna, donde deben poner en duda todo y a todos… Adaptación del libro “La gran apuesta” de Michael Lewis, que reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario norteamericano que originó la crisis económica mundial en 2008.»
Y la que hemos visto hace solo un par de horas, LA JUVENTUD, dirigida por uno de los autores más destacados de la nueva generacion de cineastas europeos, Paolo Sorrentino, del que aún recordamos sus obras maestras «La gran Belleza» y «Il divo». Con una banda sonora estelar y elegante en la que aparecen canciones de nuestro adorado Mark Kozelek – incluso sale el propio músico en persona en una melancólica escena-, y una de nuestro no menos querido Bill Callahan, nos habla, ofreciendo imágenes de desbordante creatividad visual y colapsante, enmudecedora belleza, de la decadencia física y emocional que conlleva la senectud, del papel del arte y de la vocación en la configuración de la vida, de la importancia ineludible de los sentimientos, de la autoestima, de la necesaria búsqueda de la verdad, de la sensualidad como motor de acciones y pasividades, de la mirada crítica y sin indulgencia al pasado, de lo que cambia nuestra vida la inminencia de la muerte, del miedo al fracaso en la toma de decisiones, de cómo afrontar la última etapa de tu vida cuando has tenido éxito profesional (director de orquesta, de cine, deportista, en esta peli) y apenas eres ya tenido en cuenta por nadie salvo los irreductibles fans, lo complejo y engañoso de las relaciones paternofiliales y de pareja…. «Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del príncipe Felipe»
Pues eso, que os sugerimos que aprovechéis esta cascada maravillosa de grandes e inspiradoras películas que proporcionan tanto deleite como certezas dudosas y preguntas casi sin respuesta (hay más pelis fenomenales, ya en cartelera, que están esperando, como «Mia madre» del gran Nani Moretti) para disfrutar de un arte que quizá sea el séptimo por imperativo cronológico pero, por momentos, nos parece que debiera alcanzar los honores de ser el primero, quizá por antojársenos el más completo de todos ellos.
Os dejamos con la canción clave de «La juventud», que cierra esta fantástica película, con varios actores en aúténtico estado de gracia; sobre todos ellos, el inconmensurable Michael Caine; aunque nos haya encantado también el joven Paul Dano en su sutil papel de actor de prometedora carrera, bastante presumido él pero frustrado por ser conocido a nivel popular por su papel en una peli normalita en que hacía de robot ¡y no se le veía la cara!
1) POR QUÉ NO PUDIMOS HACERNOS ECO DE LA MUERTE DE DAVID BOWIE (en nuestra nada documentada opinión, junto a Lou Reed, Bob Dylan, Neil Young y Tom Waits, en ningún orden, el quinteto de dioses de la música popular que más nos gusta)
2) y asimismo COMENTAROS TAMBIÉN SI «EL HIJO DE SAÚL» (ya sabéis, la peli que versa sobre el comportamiento y la mirada de un prisionero, judío húngaro, encargado de quemar los cadáveres de su propia gente en los hornos preparados a tal fin en el campo de concentración de Auschwitz) nos parecía tan desoladora y dura como se ha escrito y dicho, dándole por supuesta (quizá con excesiva indulgencia) una deslumbrante calidad artistica.
3) También pensábamos deciros que la exposición de acuarelas de SANTIAGO LOBIT está gustano muchísimo ala gente que ya la ha visto, y que el pasado sábado que se inauguró hubo unambiete estupendo en la Estación de Neguri.
4) Y, mirad que teníamos cosas que contar, también íbamos a comentar hoy que ayer, lunes, lo pasamos estupendamente en el ARRIAGA bilbaino en la representación de LA COMEDIA BALLET «Monsieur de Pourceaugnac», escrita en el siglo XVII por Moliere, musicada por Lully y con el tema baile a cargo del coreógrafo Pierre Beauchamp; la puesta en escena de esta producción, muy atinada, es responsabilidad de Clément Hervieu-Léger y, en lo musical, del genial William Christie, director de nuestros amadísimos “Les Arts Florissantes”, que tocaron en vivo ayer conducidos por el propio Christie, que además tocó el clave, y en formato de diez músicos (cuerdas, flautas, tiorba y percusión) ungidos todos ellos de la gracia divina del maravilloso barroco francés.
Pero todo se nos ha ido al traste, porque este infame enero de 2.016 se ha llevado, además de a Bowie, a otro de los grandes grandes, cuya voz forma parte imborrable de (lo mejor de) nuestra adolescencia y de nuestra vida entera: GLENN FREY, quizá la pieza más importante de EAGLES, una banda que, por mucho éxito mundial que tuviera y siga teniendo, siempre nos pareció lo mejor de lo mejor. Los llevamos muy muy dentro, y ahí se quedarán. Para siempre. Adiós, Glenn. Gracias, de corazón.
Quien fuera su compañero en los Eagles durante 45 años, Don Henley, acaba de difundir esta nota en la que lo recuerda y se despide de él. Cuesta imaginar mejor homenaje. Volvamos a leerlo:
“Era como un hermano para mí, éramos una familia, y como la mayoría de las familias, hubo algunas disfunciones. Pero el vínculo que forjamos hace 45 años nunca se rompió, incluso durante los 14 años en que los Eagles estuvieron disueltos. Éramos dos jóvenes que hicieron la peregrinación a Los Ángeles con el mismo sueño: dejar nuestra impronta en la industria de la música; y con perseverancia, un profundo amor por la música, nuestra alianza con otros grandes músicos y nuestro mánager, Irving Azoff, construimos algo que ha durado más de lo que nadie podría haber soñado. Pero, Glenn fue el que lo empezó todo. Era la chispa, el hombre con el plan. Tenía un conocimiento enciclopédico de la música popular y una ética de trabajo a la que no renunciaba. Era divertido, testarudo, impredecible, generoso, muy talentoso y trabajador. Amaba a su esposa e hijos más que a nada. Estamos todos en un estado de shock, incredulidad y profunda tristeza. A finales de julio cerramos triunfalmente los dos años de “History of the Eagles Tour” y ahora se ha ido. No estoy seguro de si creo en el destino, pero sé que las caminos que se cruzaron con Glenn Lewis Frey en 1970 cambiaron mi vida para siempre, y con el tiempo tuvo un impacto en las vidas de millones de personas en todo el planeta. Será muy extraño seguir en un mundo sin él. Pero voy a estarle agradecido, todos los días, por haber estado en mi vida. Descansa en paz, hermano mío. Hiciste lo que te propusiste hacer, y algo más”.
Escuchando, una vez más de las miles en que la hemos escuchado, «Lyin’ Eyes», y viendo cantar a este maravilloso vocalista hace casi 40 años, contenemos justito justito la emoción. Y le decimos, con admiración y respeto, adiós, Glenn.
Cuando, en medio de una conversación sobre la music que nos gusta, buscamos un ejemplo perfecto de lo que es cantar con talento natural y técnica perfecta,y, más importante aún, trasmitiendo autenticidad y sensibilidad, a menudo nos viene tu nombre, GLENN FREY, a la mente.
SÁBADO, 16 DE ENERO. LA MAGIA EXISTE, y claro que está en muchos sitios, pero donde más nos gusta toparnos con ella es en el arte, Es todo un arte crear esa magia que nos eleva, nos ennoblece y conmueve, pero también lo es encontrarla y disfrutarla. Y en esta tarea, más sencillita y, por ello, más a nuestro alcance, somos casi especialistas.
1) Encontramos la magia AYER en Bilbao en el Antzoki (ciclo Izar & Star, inventado y gestionado por nuestro amigo Jerry) escuchando a Miren Iza (TULSA) versioneando con sentido, precisión, poderío y sensibilidad el disco de Dylan «Highway 61 Revisited» junto a dos espléndidos teclistas venidos de Madrid para la ocasión, un baterista eficiente y uno de nuestros guitarristas favoritos, el gran Alfredo Niharra, cuyo directo hemos podido disfrutar hasta en dos ocasiones con su banda Lee Perk en La estación de Neguri. Otro momento mágico de la noche fue una versión que ANARI, la cantautora folk-rock vasca de mayor prestigio desde hace años, hizo de una estupenda canción de la efímera banda Palace Songs, uno de los primeros proyectos de nuestro adorado Will Oldham, el dios del alt-country más genuino y creativo, hoy conocido por su alias Bonnie Prince Billy.
2) Puedes hallar la magia hoy, en La Estación de Neguri, flipando con las MARAVILLOSAS ACUARELAS QUE EXPONE el reconocido pintor bilbaino SANTIAGO LOBIT. Inauguramos su expo esta misma tarde/noche.Te esperamos en el sencillo acto que hemos organizado para celebrar el evento.
3) Hemos topado hoy con LA MAGIA, HACE UNOS MINUTOS, cuando hemos escuchado «Hey Lucinda», alucinógena canción que forma parte del nuevo disco, de título «The Waiting Room», de una de nuestras bandas de cabecera desde hace década y media, y una de las que más veces hemos visto en concierto a lo ancho de todo el país: TINDERSTICKS. No todo es innovar en la vida. No queremos que Stuart Staples cambie; que cambien otros. Al respecto de la maravillosa banda de Nottingham, info de interés: este cedé se venderá (sale al mercado dentro de una semana) acompañado de un deuvedé con 11 cortometrajes creados ad hoc para las 11 canciones que lo componen, y los videos se proyectarán asimismo en la gira de presentación del álbum. En España, solo dos citas, Barcelona y San Sebastián (apunta: 16 de abril).
Lo dicho, te esperamos esta tarde en la INAUGURACIÓN DELA EXPO DE ACUARELAS DE SANTIAGO LOBIT. Y os dejamos con este temazo de lo nuevo de TINDERSTICKS:
QUE OS VAYA BIEN EN REYES. Nosotros ya nos consideramos regalados con la atención que nos prestáis. Hoy hemos alcanzado un número mágico de SEGUIDORES DE ESTE MURO de Facebook de La Estación de Neguri: 7.777.
Increíble, pero cierto. No estamos a la altura de tanta atención, pero intentamos disimularlo cada día. Hoy, por ejemplo, el cuerpo nos pide HABLAR DE POLÍTICA, o prometer que nunca más vamos a interesarnos por lo que hacen y dicen estos personajillos que de manera tan invasiva se introducen en nuestras vidas. Si no fuera por lo trascendental que para nuestra cotidianeidad resulta lo que deciden los ignoraríamos por completo; tan egoístas, mediocres, incapaces, rencorosos, egocéntricos, mentirosos y decepcionantes, cuando no burdamente corruptos y mayúsculamente horteras, son. Los unos y los otros, los tradicionales y los de nueva savia, los conservadores y los antisistema, los que sueñan con nuevas fronteras y los que no duermen pensando en que las actuales podrían ser cambiadas.Todos decepcionan, aburren y cansan, todos piensan más que en otra cosa en sus propios intereses de grupo, de empresa (de partido, queremos decir) y personales, y nadie en el bien común, en el gobierno recto, eficaz, eficiente y ético de lo que es de la gente, de todos nosotros.
Pero ni una cosa ni la otra, quizá sea mañana cuando hablemos del Gobierno.
Hoy nos conformamos con felicitarnos de que la afluencia a las SALAS DE CINE no pare de aumentar estos últimos meses (ayer a las ocho, en los Golem de la Alhóndiga, todas las localidades se agotaron, de todas las pelis; por cierto, vimos Stars Wars, la nueva, en primera fila; tampoco fue un aburrirse pero no nos afectó, no nos llegó y eso que pusimos interés), lo que probablemente no sea más que una muestra de confianza de la gente en la tan necesaria recuperación económica. Ojalá sea así, porque nuestra vida sin ir al cine sería más pequeña, más corta. Y porque hay demasiada gente en paro, y porque la pobreza es una putada que casi nadie merece.
Nada, que os regalen mañana cosas hermosas o útiles, según prefiráis, y, sobre todo, que os emitan por todas partes toneladas de aprecio, que os hagan sentir, mañana y en lo que resta de vida, importantes y amados.
Os dejamos con una canción maravillosa de SONGS:OHIA, la primera y enorme banda de nuestro añorado JASON MOLINA.
Con tremendo retraso, sí, pero FELIZ AÑO NUEVO, URTE BERRI ON DENORI. Que la suerte nos acompañe, que no creemos mucho en ella, como en tantas otras supersticiones, pero mejor tenerla de aliada, porsiaca.
Que podamos continuar con nuestra pequeña historia de LA ESTACIÓN DE NEGURI y que podamos seguir ofreciéndoos un espacio agradable para estar, para tomar algo, para leer el periódico o navegar por Internet, para exponer o para ver obras de arte, para tocar música o para escucharla….; en definitiva, que podamos continuar representando una alternativa, distinta al menos en algo a las demás e interesante para disfrutar del tiempo de ocio, una llamada para salir de casa, para levantarnos del sofá y compartir espacio, vivencias y opiniones con otras personas. Eso es lo que le pedimos, en lo particularmente nuestro, a este nuevo año 2.016. Eso es, básicamente, lo que os pedimos a todos vosotros, que sigáis contando con nosotros, que sigáis viniendo por La Estación, y que sigáis insuflando vida a este proyecto, que sin vosotros no tiene sentido ni probabilidad alguna de supervivencia.
GRACIAS TODAS Y A TODOS. Seguimos intentando mejorar, todas vuestras opiniones y demandas están siendo tenidas en cuenta. Lo que pasa es que no nos sobran talento ni medios, solo tenemos mucha voluntad y cierta capacidad de esfuerzo.
LO DICHO, FELIZ AÑO NUEVO. Y sí, claro que queremos que se arreglen o al menos se mitiguen un poco este año los problemas del mundo, del global y del más cercano a nosotros; pero hoy llueve, hace frío y el viento resopla con fuerza, incluso parece invierno, y nos ha podido el egoísmo, hemos pensando solo en nosotros.
y, como es norma de la casa, con una canción que nos encanta, de un grupo británico, HOOD, que hace unos años nos tuvo poco menos que hipnotizados. Escúchala, dedícale con paciencia y dejándote llevar los siete minutos que dura, y dinos si te parece tan rara. Para nosotros es un temazo incontestable. Y se publicó hace quince años.
Playa de Ereaga, una de la tarde del segundo día de 2.016. Seguro que había otras formas gozosas de disfrutar de la espléndida mañana, pero esta no figura entre las peores, seguro. banda sonora: por contraste: el eterno MIKEL LABOA declarando su amor a nuestros paisajes y rincones brumosos, en una canción inolvidable, «Gure bazterrak»